El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes ante sus compañeros de la dirección su intención de convocar ya el 39 congreso del partido, celebrando unas primarias en octubre. Así lo ha hecho ante la comisión permanente de la Ejecutiva Federal, reunida este lunes en Ferraz para analizar los resultados de las elecciones de este domingo en Galicia y el País Vasco, y será la propuesta que hará al comité federal del próximo sábado. Sánchez ha fijado las primarias para el próximo 23 de octubre.

Ante los malos resultados de este domingo de los socialistas en el País Vasco y en Galicia, Pedro Sánchez ha asegurado que asume "toda la responsabilidad" y que cree que ha llegado el momento de definir la estrategia del partido a nivel estatal. Para Sánchez, el hecho de que haya división interna dentro del partido y que no se haya aclarado la posición que tiene que tener el partido de cara al bloqueo estatal, no ha ayudado a los resultados de los socialistas en estas dos comunidades.

Sánchez considera que el "PSOE tiene que tener una sola voz" y tiene que ser un partido "autónomo, fuerte y unido". El actual líder socialista también ha asegurado que él se presentará a estas primarias para defender su opción: la necesidad de formar un "gobierno del cambio". Estas primarias son, pues, un plebiscito entre la formación de un gobierno del cambio y la abstención de Rajoy, aunque Sánchez asegura quiere que la decisión vaya más allá de eso y que sirva para definir la estrategia del partido de cara el futuro.

Sánchez asegura que hay que marcar "la posición del partido socialista de los próximos años", que para él tiene que ser un partido claramente "de izquierdas, unido, dialogante y una alternativa de gobierno al Partido Popular". El líder socialista defiende que abstenerse a la investidura de Rajoy y facilitar que repita gobierno sería liquidar el partido.

Esta actitud de Sánchez es un claro desafío al sector crítico del partido, que apuesta por facilitar la investidura de Rajoy. "No tiene sentido que yo hable con otras formaciones y que intente formar gobierno, y que se me cuestione desde dentro", ha lanzado al líder socialista.

Temido por el sector crítico

Esta posibilidad se apuntó ya desde la semana pasada, cuando desde la dirección federal se admitió que, si los resultados electorales en Galicia y Euskadi eran muy malos, Sánchez podía avanzar la convocatoria de este cónclave, que estaba pendiente desde febrero pero aplazado con la intención de no hacerlo hasta que hubiera gobierno.

Este planteamiento, que ya se temía en el sector crítico, fue rechazado desde un primer momento por los dirigentes que discrepan con la dirección federal. El pasado viernes, en una rueda de prensa conjunta, los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, avisaron de que sería una "irresponsabilidad" enfrascarse ahora en ese debate interno y "desdecirse" de la decisión que tomaron en abril.

Por su parte, el PSOE de Andalucía, por boca del secretario de Política Federal, Antonio Pradas, aseguró que no contemplaban ese escenario y apuntó que, de querer convocarlo, habría que mirar la normativa interna del partido.

Así las cosas, este domingo, cuando se confirmaron los malos presagios en el PSOE y se pusieron números a la debacle en Euskadi y Galicia, donde los socialistas han sido superados por el partido morado, la posibilidad del congreso cobró fuerza en ambos bandos.

Dirigentes próximos a Sánchez reconocían que habrá que "resolver" las discrepancias sobre el liderazgo del partido o el PSOE no se podrá recuperar electoralmente. Y confían que en esta batalla el líder del partido tiene ganado el favor de la militancia, ante quien ha demostrado su firmeza contra el PP.

Mientras tanto, los críticos aseguran que esta vez sí plantarán batalla a Ferraz, aunque en los últimos días reconocían que un congreso inmediato pone las cosas difíciles a quienes muchos dan por segura contrincante de Sánchez, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, por la inmediatez de los plazos.