La soledad del exconseller Santi Vila esta mañana en Madrid se ha convertido en una de las imágenes políticas de la jornada. Vila ha llegado a la Audiencia Nacional acompañado únicamente de su abogado, lo cual ha contrastado con la imagen de los miembros del Govern que han entrado juntos en la sede del tribunal. Además, mientras los consellers recibían los aplausos y el apoyo de los concentrados, ha llamado poderosamente la atención el silencio que ha rodeado la entrada de Vila. Los concentrados venidos de Catalunya no lo han aplaudido e incluso algunos le han dado la espalda.

El político gerundense abandonó el Govern la víspera de la votación en el Parlament de la proclamación de la República, después de días de rumores sobre sus reticencias en relación a esta decisión.

La marcha del exconseller en un momento extremadamente delicado para el president, Carles Puigdemont, provocó un profundo malestar en el PDeCAT, especialmente por el hecho de que el ejecutivo ya atravesó una crisis el pasado mes de julio para blindar las decisiones sobre el desenlace del procés. En aquella ocasión, Vila decidió quedarse y no solo eso sino que pasó del Departament de Cultura al de Empresa i Coneixement.

Este malestar en el PDeCAT no ha hecho más que crecer con la peregrinación que el exconseller ha protagonizado los últimos días anunciando su voluntad de ser candidato del partido y mostrando las críticas al Govern.

La marcha de Vila del Govern y sus críticas a la votación del Parlament, sin embargo, no le han permitido ahorrarse los insultos al abandonar la sede de la Audiencia.