La batalla en Ferraz ha abierto dos bandos entre los que quieren seguir el calendario aprobado por la comisión ejecutiva, dirigida por Pedro Sánchez, y los barones críticos que se niegan a aceptarlo y creen que una gestora tendría que tomar las riendas del partido y posponer el congreso federal a cuando haya gobierno en España, como la presidenta andaluza, Susana Díaz.

Pero según ha sabido El Nacional, el expresidente del Congreso durante la legislatura XI fallida, Patxi López, habría tratado de hacer de mediador entre ambos y lo seguirá haciendo en las próximas horas para saber qué quiere cada uno, y que la batalla se pueda resolver pacíficamente.

López es un hombre de confianza del actual secretario general, y se siente en deuda con él por haberle dado apoyo para postularse como tercera autoridad del Estado. Así y todo, durante la comisión ejecutiva habría adoptado una posición suavizada y de consenso para que los dos sectores no terminen en los tribunales. El objetivo sería tratar de posponer a más adelante el congreso federal que Sánchez ha fijado el 12-13 de noviembre.

Eso, aunque la presidenta de las Illes Balears, Francina Armengol, negó después de la ejecutiva que ninguna voz hubiera sido disidente o matizada durante el encuentro. De hecho, la periodista que sigue al PSOE y colabora con este diario, Esther Palomera, había insinuado a primera hora de la mañana que los ciudadanos se fijaran en la figura de López.

Entre los "pacificadores" también habría estado la exministra de Asuntos Exteriores Trinidad Jiménez.