El jurista Josep Costa, exvicepresidente del Parlamento, ha reaccionado a las novedades sobre el caso CatalanGate. Este domingo La Vanguardia ha destapado que el mismo espionaje habría salpicado el Ayuntamiento de Barcelona. La excusa en esta ocasión era la preocupación que la capital catalana acabara en manos de Esquerra Republicana, bajo la candidatura de Ernest Maragall. Costa en un tuit en su cuenta de Twitter se cuestiona si ahora que se sabe que el CatalanGate lo organizó "el gobierno de izquierdas con la autorización del Supremo, aquellos que decían que era cosa de cuatro franquistas incontrolados están muy calladitos"?. El jurista considera que al Gobierno le está costando mucho inventarse una excusa creíble. En esta línea, Costa ha recordado que Podemos, primero con Pablo Iglesias y ahora con Yolanda Díaz, también ha formado parte de la comisión del Gobierno que controla el CNI desde febrero del 2020.

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Tweet de Josep Costa
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Más espiados por el CNI

Según ha sacado a la luz este domingo La Vanguardia, los servicios secretos españoles querían saber el estado de las negociaciones en Barcelona. Así, se destaca que al escrito que presentaron al Tribunal Supremo, que tutela las actuaciones, se puede leer que se intervino el teléfono de una persona que estaba intercediendo para la configuración de un gobierno entre ERC y Barcelona en Común, la formación de Ada Colau. Los dos partidos empataron a 10 concejales, pero ERC ganó en votos. Esta intervención, según el rotativo, es una de las 18 que el CNI admite haber hecho a personalidades del ámbito independentista. Siempre según cita el mismo diario, las 18 personas que los servicios secretos habrían admitido haber espiado son Pere Aragonès, entonces vicepresidente de la Generalitat y coordinador nacional de ERC; el secretario de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, la vicepresidenta y líder en Barcelona, Elsa Artadi, y el diputado de esta formación Albert Batet; Carles Riera, diputado de la CUP; Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC; el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, y el miembro de la junta Jordi Bosch de Borja; el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, y tres personas muy próximas al expresidente como Joan Matamala, el director de la estructura técnica de la Casa de República en Waterloo, Sergi Miquel, y el responsable de esta estructura, Josep Lluís Alay; el empresario y exconseller de ERC Xavier Vendrell; el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, y el secretario general adjunto (y alcalde de Mollerussa) Marc Solsona; y los empresarios tecnológicos Jordi Baylina, Xavier Vives y Pau Escrich.

Reacciones

La respuesta de los implicados en el espionaje no se ha hecho esperar. El líder de ERC al Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, ha denunciado una "alteración democrática" de las últimas municipales. "Para mantener el poder todo se vale, incluso la ayuda del CNI", se ha quejado en una entrevista este domingo a Catalunya Ràdio. "Yo si fuera Collboni o Colau me lo pensaría dos veces antes de continuar con esta tranquilidad en sus cargos, sabiendo que ellos son también objeto de una manipulación democrática explícita", ha añadido. Al preguntarle si estaba pidiendo alguna cosa a Colau y en Collboni, Maragall ha asegurado que no, y ha añadido: "Espero que sean dignos de sus responsabilidades". Maragall ha considerado muy grave "que se considere que ERC puede participar en unas elecciones, pero el que no puede es ganarlas". "Es una alteración fundamental del carácter democrático de unas elecciones", se ha quejado.

JxCat también ha querido decir la suya y el portavoz al Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, ha defendido este domingo que las informaciones sobre el espionaje del CNI demuestran que la investidura de Ada Colau fue una "operación de Estado". Martí ha subrayado que en aquel momento Junts ya lo denunció, y ha criticado ahora una vez más la "ilegalidad permanente con qué actúan los aparatos del Estado". "Lo vimos con la infamia preparada contra Xavier Trias y lo hemos constatado también ahora con los espionajes a Elsa Artadi, Ernest Maragall y las negociaciones para conformar el gobierno municipal," ha añadido. En este sentido, Martí ha considerado "urgente" un cambio en Barcelona. Según él, la capital catalana está "en situación de emergencia por su dejadez, degradación e inseguridad", y también "porque hay que dejar atrás Colau y los comunes, que hoy son el principal adversario de la Barcelona capital de Catalunya que quiere cuidar a su gente y recuperar la ilusión".