Las maniobras de Ciudadanos para reventar el pleno han alargado la sesión, pero no han tenido más efecto. A diferencia del 6 y 7 de septiembre de 2017, esta vez PP y PSC han adoptado un perfil bajo y se han desmarcado de los intentos de filibusterismo de Roldán y compañía. La mayoría de diputados del Parlament han cerrado filas con el president de la Generalitat para blindarle ante el intento de la Junta Electoral Central de apartarle de su cargo. Torra ha sido ratificado gracias a los votos favorables de Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y la CUP y con la abstención de los comunes. 

A pesar de las discrepancias evidentes que han supurado las últimas semanas sobre la estrategia idónea que deben seguir para avanzar hacia la República Catalana, finalmente las fuerzas independentistas han aparcado la división para consensuar un documento conjunto que reafirma el apoyo del Parlament a la figura del president. Eso sí, los anticapitalistas han dejado claro que eso no significa que respalden al Govern, todo lo contrario. El texto pactado califica de golpe de estado la decisión de la JEC, expresa su apoyo a Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Toni Comín como eurodiputados y exige una vez más el reconocimiento del derecho a la autodeterminación.

Este último punto es, principalmente, el que ha imposibilitado que los comunes se adhirieran sin fisuras. Los de Colau rechazan también que la JEC sea competente para inhabilitar a Torra, pero han preferido expresarlo a través de una resolución que han presentado por su cuenta y con el apoyo parcial a la iniciativa independentista. 

El redactado planteado por JxCat, ERC y la CUP iba más allá de lo que socialistas y comunes estaban dispuestos a aceptar. El PSC se ha desmarcado por completo y Catalunya en Comú ha apoyado un único punto, el que "rechaza la resolución de la JEC".

En cambio, los puntos que denuncian la existencia "de una causa general contra el independentismo" y exigen "el fin de la represión, el reconocimiento del derecho a la autodeterminación del pueblo de Catalunya, la amnistía para los presos y presas, el libre retorno de los exiliados y exiliadas, la plena garantía en el ejercicio y defensa de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos y la necesidad de impulsar un acuerdo nacional para defenderlo" sólo han contado con el aval de los diputados independentistas que, eso sí, son mayoría. En todas estas partes, los comunes se han abstenido. 

El PSC no passa la prueba del algodón de ERC

Después de la alianza con Esquerra Republicana para la investidura de Pedro Sánchez, el PSC transita por la línea que hay entre el independentismo y la derecha unionista. De ahí que los socialistas catalanes hayan movido ficha para marcar perfil propio en relación a la inhabilitación de Quim Torra como president de la Generalitat. Un gesto, sin embargo, que no ha convencido a ERC

Si ayer ya cuestionaron que la Junta Electoral, un órgano administrativo, tenga competencias para apartar a un president de la Generalitat, hoy han ido un pasito más allá. Los de Iceta han presentado una propuesta de resolución en que "invitan" a la Mesa del Parlament a presentar un recurso al Tribnunal Suprem contra el acuerdo de la JEC. Eso sí, durante el debate han sido extremadamente críticos con el independentismo y han advertido de que eso no quita que consideren que "el president desobedeció". Es decir, discrepan de las formas -que sea la JEC- pero no del fondo -que Torra debe terminar inhailitado-. 

ERC ha reprochado a los socialistas que la propuesta "es insuficiente" y que no han estado a la altura, que se quedan cortos y que "hoy no han pasado la prueba del algodón". Por ello, a pesar de estar de acuerdo con los mínimos que planteaba el documento del PSC, han votado en contra, como el resto de fuerzas independentistas. 

La crítica no ha gustado a los socialistas. "No aceptamos que vengan a decirnos qué debemos poner o no" en una resolución, "al PSC nadie tiene que darle lecciones", ha replicado Eva Granados. 

Los comunes denuncian un boicot de la derecha

Con respecto al escrito propuesto por Catalunya en Comú, el espíritu es prácticamente calcado al de JxCat, ERC y la CUP, pero modula más el tono y evita cualquier referencia a la autodeterminación. El texto critica que la JEC "se ha extralimitado en sus funciones, vulnerando el derecho al sufragio pasivo" y rechaza tanto la decisión de inhabilitar a Torra como a Junqueras. Lo remata vinculando la resolución de ayer a una "estrategia de la derecha y la extrema derecha para interferir en el debate de investidura". Este punto, sin embargo, no ha sido aprobado.