Pradera del Conflent se ha convertido esta tarde en la capital de los Països Catalans por unas horas, ya que en el marco de la Universitat Catalana d'Estiu, se han desplazado hasta la localidad de la Catalunya Nord representantes de las diferentes entidades que trabajan por la lengua por todo el territorio de hablar catalana para debatir sobre su estado, en un momento en que dos de las tres grandes patas de este taburete (el País Valencià y las Illes Balears) están gobernadas por un PP muy condicionado por Vox y en la otra, Catalunya, el independentismo ha perdido la mayoría. En esta conversa moderada por el catedrático emérito de la Universitat de Ias Illes Balears, Sebastià Serra, han participado Antoni Llabrés, presidente de la Obra Cultural Balear; Mireia Vilaplana, vicepresidenta de Plataforma per la Llengua; Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural; Narcís Figueras, presidente de la Coordinadora de Centros de Estudios de Habla Catalana; y Jordi Casassas, presidente de la Universitat Catalana d'Estiu.

La importancia de quejarse

La lengua, como no podía ser de otra manera, ha centrado buena parte del encuentro, todavía más después de unos días en que esta ha sido muy protagonista por el ataque en una heladería de Barcelona que ha llegado hasta Argentina. Desde Plataforma per la Llengua, su vicepresidenta ha recordado que su entidad ha puesto el foco en la importancia de las quejas delante de este tipo de situaciones, ya que lo más importante, ha dicho, no es que un idioma sea simpático o antipático, sino que sea "útil y necesario". "Una lengua perdedora nunca es atractiva, pero cuando se nos vulnera un derecho, nos tenemos que quejar", ha reflexionado, reclamando a las administraciones que se pongan las pilas delante de este tipo de situaciones que se suceden por todos los Països Catalans.

Antoni Llabrés, desde el OBC y la Federación Llull (entidad que hermana Òmnium, el OBC y Acció Cultural País Valencià) ha recordado que la lengua es "la pared maestra de la comunidad nacional" y sin la primera, la segunda se hundiría y con ella, el edificio entero y ha preguntado a los asistentes a la charla que hacen para construir una "comunidad compartida" cómo son los Països Catalans. Xavier Antich, a su vez, ha lamentado que si bien este "ente" ha conseguido algunos hitos, en muchas otras ha fracasado, ya que, 50 años después de la muerte de Franco, "no hemos sido capaces de defendernos ni proteger la lengua de manera conjunta o difundirla dentro de los Països Catalans. Tampoco hay un imaginario compartido". "Los Països Catalans son una realidad lingüística, cultural, histórica, territorial, pero no son una realidad política, ni económica, ni de comunicación, ni social", ha añadido, lamentando que "ni siquiera haya reciprocidad entre las televisiones públicas, cuando no hay ningún problema técnico ni logístico", que lo impida. Además, ha reprochado que algunas entidades de todos estos territorios hayan querido defender la lengua desde un punto de vista regionalista, sin tener en cuenta el marco común: "Separados somos débiles, juntos podríamos ser muy fuertes".

La importancia de incorporar nuevos hablantes

Ante las preguntas de los asistentes a la conferencia, desde las diferentes entidades han explicado las actividades que hacen para defender la lengua y el territorio por todas partes, poniendo el foco sobre todo con los más jóvenes, ya que son el presente, pero también el futuro, del catalán, y una de las franjas de edad que menos lo habla, según las encuestas. Con todo, también se ha mostrado optimistas, ya que han detectado un resurgimiento de actividades organizadas por la juventud que en los últimos años habían desaparecido y que ahora se han reanudado.

Si bien Catalunya ha experimentado un gran crecimiento demográfico en los últimos años, pasando del poco más de 6 millones de habitantes a principios de siglo a superar los 8 hoy en día, con la vista puesta en los 10 en el 2050, en el resto de territorios de habla catalana este boom también se ha producido, aunque de manera más moderada. En todos los casos, sin embargo, se trata de un crecimiento a raíz de la llegada de gente venida de todo el mundo, en muchos casos de países de la América Latina y que, por lo tanto, hablan mayoritariamente en castellano. Es, para las entidades de todos los Països Catalans, una prioridad absoluta que estas personas se sumen a la lengua. Y para hacerlo, han resuelto, hay que ir más allá de los espacios habituales donde hay presentes "los convencidos".