El papa Francisco ha designado al cardenal arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, nuevo miembro del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, que es el que vela por la correcta administración de justicia dentro de la Iglesia, y además lo ha renovado como miembro de la Congregación de Obispos. Según ha informado el Arzobispado de Barcelona, Omella seguirá siendo miembro de la Congregación de Obispos del Vaticano, que es el organismo que gestiona el nombramiento de los obispos de todo el mundo.

El papa Francisco, que confió a Omella la archidiócesis de Barcelona, una de las más importantes del sur de Europa, y le ha mostrado siempre su confianza para renovar la Iglesia en el Estado español, ha vuelto a demostrarle su apoyo al nombrarlo miembro del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, que es el intérprete de la aplicación del Código de Derecho Canónico dentro de la Iglesia católica.

El Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica tiene su sede en el Palacio de la Cancillería de Roma y  sus orígenes en el siglo XIII, cuando este organismo preparaba la firma del Papa de las súplicas y causas particulares. El papa Eugenio III lo convirtió en una oficina estable en el siglo XV y Pío X lo transformó en un tribunal supremo en el marco de las reformas del derecho canónico que se llevaron a cabo a principios de 1908.

Entre otras cosas, este tribunal se encarga de los litigios de nulidad matrimonial, de los recursos contra las sentencias de la Rota romana y de los conflictos de competencia.