Es bien sabido por todo el mundo que el rey emérito Juan Carlos I vive en los Emiratos Árabes Unidos, donde se marchó para protegerse de la resonancia de sus escándalos económicos y personales acumulados a lo largo de los años. Pero es menos conocido el lugar concreto donde reside: la isla de Nurai, una de las 200 con que cuenta el país árabe. Según ha explicado El Español en un reportaje, la isla está impregnada de mucho lujo pero también de mucho silencio, cosa que explica el aburrimiento del exmonarca y sus ganas de volver a España.

La isla cuenta con una playa privada y un hotel de 5 estrellas. También hay unas villas de lujo con vistas en el mar, algunas con patio privado, tenazas y pistas de tenis, como es el caso de la del rey emérito. Este, sin embargo, no está contento con la vida que lleva en su villa de 1.000 metros cuadrados. Según explica el diario español, el exmonarca se levanta, hace ejercicio físico, "para estar como un oso", como confesó él mismo al periodista Carlos Herrera, y ve películas en la sala de cine privada y, cuando se hace oscuro, vuelve a la cama. Así un día tras otro sin importar si es lunes o domingo.

Ni siquiera puede utilizar la pista de tenis que tiene el complejo. Y es que habría que jugar casi de noche para no sufrir el intenso calor a que se vive en este paraíso en pleno mes de noviembre. En verano, estando al lado del mar, se pueden alcanzar los 48 grados.

playa isla nurai - visitabudhabi.ae

Playa privada de la isla de Nurai / Foto: visitabudhabi.ae

Los trabajadores, mudos

El diario explica que una de las camareras filipinas que atiende a los huéspedes de la piscina principal en el hotel de la isla, el Zaya Nurai, cuenta que el Emérito nunca aparece por esta zona. Sin embargo, ella sabe que vive allí, todos lo saben. Es el rumor que corrió hace meses como la pólvora entre los trabajadores acostumbrados a tratar con gente VIP. "En los cinco años que llevo en el hotel he visto muchas cosas. Y no sólo de reyes", matiza.

Uno de los conductores de buggies que te lleva de una punta a otra de la isla y hace de guía de las villas, se para en seco cuando se le pregunta por quién vive en ellas. "No puedo darle información del rey español", insiste mientras gira la cabeza para seguir vendiendo las bondades del hotel: "Estas casas tienen cuatro habitaciones. Estas de más adelante, tres y las del fondo, una o dos pero con piscina privada".

villa isla nurai - visitabudhabi.ae

Piscina de una de las villes de la isla de Nurai / Foto: visitabudhabi.ae

Además del ejercicio, el tenis y la playa privada, seguramente Juan Carlos ve de bebe en cuando alguna que otra Estrella Damm, que es la cerveza de barril que sirve en todo el complejo. Según concluye el diario español, que tilda la isla de "cárcel de oro", el colmo de Juan Carlos es que desde su villa ve cada día los aviones que salen desde el aeropuerto "hasta cualquier lugar del mundo, incluido España, donde él tiene vetada la entrada". Lo cierto es que nada impide que el Emérito vuelva a España más allá del riesgo de que se vea obligado a ajustar cuentas ante la justicia y, de esta manera, ponga todavía en más peligro el futuro de la institución monárquica.

 

Imagen principal: vista aérea de la isla de Nurai / Foto: visitabudhabi.ae