Teresa Peramato es ya oficialmente la nueva fiscal general del Estado. Ha tomado posesión del cargo este jueves en el Tribunal Supremo, allí donde se condenó a una inhabilitación de dos años a su predecesor, Álvaro García Ortiz; ante los magistrados que le juzgaron y sentenciaron que es culpable de la filtración a la prensa de los correos en los que la pareja de Isabel Díaz Ayuso reconocía haber cometido un delito de evasión de impuestos. Lo ha hecho al día siguiente de haber realizado el acto de juramento en el palacio de la Zarzuela ante el rey Felipe VI. Y, más tarde, ha pronunciado un discurso en la sede de la Fiscalía General del Estado. Al igual que hizo en el Congreso cuando pasó su examen ante los diputados de la cámara, este miércoles también se ha referido a García Ortiz y a la “profunda herida” que provocó su condena por parte de la mayoría conservadora del alto tribunal.
“Todos mis antecesores han dado lo mejor de sí mismos”, ha señalado Peramato en un discurso en el que ha querido “reconocer el trabajo” de todos ellos y ha prometido trabajar “sobre sus cimientos”. Ha querido, sin embargo, dedicar unas palabras concretas a García Ortiz. “Expreso públicamente mi reconocimiento, respeto, admiración y agradecimiento a mi predecesor más inmediato y el afecto a él y a toda su familia”, ha dicho. Ha sido la parte de su discurso más ovacionada. El exfiscal general —presente en el acto y sentado justo detrás del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños— le ha dado las gracias desde su asiento con un cariñoso saludo. “No puedo eludir hacer una referencia al procedimiento del Tribunal Supremo, que ha abierto una herida profunda que ha atravesado la Fiscalía; hay que sanarla y espero que sane con el conjunto de todas las compañeras de la Fiscalía”, ha sentenciado Peramato en su intervención.
Para el primer acto en el Supremo, Peramato ha elegido como padrinos a María Ángeles Sánchez Conde, teniente fiscal de este mismo tribunal Supremo que ejerció además como fiscal del caso de García Ortiz; y a Félix Pantoja, fiscal jubilado que fue coordinador de siniestralidad laboral. El acto, que ha durado apenas quince minutos, ha estado presidido por la presidenta del alto tribunal y del Consejo General del Poder General, Isabel Perelló. Ha contado con una gran representación de magistrados del Supremo, también los que formaron el tribunal que juzgó y condenó a García Ortiz.

La mayoría conservadora de este tribunal consideró probado que “fue el entonces fiscal general, o una persona de su entorno y con su conocimiento, quien filtró el correo”, a un grupo de periodistas. Desde el estallido del caso y en el juicio, García Ortiz asumió toda responsabilidad y también que ordenó hacer una nota para desmentir lo que decían una parte de diarios madrileños, que era la Fiscalía quien proponía un acuerdo y al saber que era la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la Fiscalía General lo había parado. Ahora bien, negó haber filtrado el correo.
El tribunal manifestaba que "el fiscal general del Estado no puede responder a una noticia falsa mediante la comisión de un delito”, y destacaba que sobre él pesaba un reforzado deber de reserva que infringió sin justificación. La resolución incluía el voto particular de las dos magistradas progresistas del tribunal, Ana María Ferrer García y Susana Polo, que propugnan la absolución por no considerar probado que García Ortiz filtrara el correo y no ver delito en la difusión de la nota informativa.