El Congreso de Nueva Caledonia, la colonia francesa que se autodeterminará el próximo 12 de diciembre, firmará este viernes un acuerdo de colaboración interparlamentaria con el Parlament de Catalunya. Lo harán los dos presidentes de las cámaras, Laura Borràs y Roch Wamytan, en el transcurso de un acto institucional que se hará en el despacho de audiencias.

El acto tendrá como objetivo fortalecer los vínculos de amistad y hermandad entre Catalunya y Nueva Caledonia y la cooperación entre las dos cámaras "en todos los ámbitos de interés común". Mickael Forrest, miembro del nuevo gobierno del archipiélago y de la coalición Unión Caledonia - Frente de Liberación Nacional Canac Socialista y Nacionalistas y Despertar Oceánico, acompañará a Wamytan.

Una vez firmado el acuerdo, Borràs y la delegación de Nueva Caledonia se trasladarán al hemiciclo, donde se harán una fotografía conjunta.

Desde 1986, Nueva Caledonia forma parte de la lista de territorios no autónomos de las Naciones Unidas. Antes, desde 1976, se habían vivido periodos de violencia y desorden graves entre las autoridades francesas que dominaban la isla y el movimiento independentista kanak

Los impulsos externos al referéndum catalán

Este acuerdo coincidirá con la aprobación ayer de un nuevo referéndum para este territorio francés pactado entre el gobierno francés y el del archipiélago. En el encuentro han asistido a cuatro unionistas (en Francia dicen leales) y tres independentistas, y por la banda del Estado estuvieron presentes el presidente Emmanuel Macron, el ministro de los Territorios de Ultramar, Sébastien Lecornu, y el nuevo alto comisario de Nueva Caledonia, Patrice Faure.

Este referéndum será el tercero de estas características. Los dos primeros los ganó la opción de seguir en Francia. Lo más curioso del caso de Nueva Caledonia es que los otros dos referéndums se celebraron hace relativamente poco, el mes de noviembre del 2018, y en septiembre de 1987.

Esto no sólo es envidiado en Catalunya, sino también en Escocia, donde el gobierno británico se resiste a conceder la segunda consulta recordando que el del 2014 se pactó que sería "para toda una generación". Precisamente, el independentismo catalán y, en especial la CUP, quieren aprovechar el impulso del referéndum escocés -si este se acaba haciendo- para presionar al Estado y la comunidad internacional para que se pueda celebrar uno en Catalunya.

 

Imagen principal: una mujer vota en el referéndum de Nueva Caledonia del 2018 / Foto: @fphilippot