“Aunque nos maten, nada nos va a detener”. Un año más, Vox quería reunir en Madrid a los principales líderes de la extrema derecha mundial en la que se ha convertido en una de las principales citas ultra del calendario. Ahora bien, después de conjurarse para hacer realidad la “reconquista de Europa” en febrero al lado de los principales líderes europeos y de aliarse con Javier Milei en su pugna contra Pedro Sánchez el año pasado, Santiago Abascal no ha tenido el éxito de otras ocasiones y no ha conseguido que ningún presidente lo acompañara en el Palacio de Vistalegre: el argentino Milei (que hizo estallar una crisis diplomática cuando llamó “corrupta” a Begoña Gómez), la italiana Giorgia Meloni y el húngaro Viktor Orbán se han dirigido a los asistentes a través de la pantalla. Y Marine Le Pen, que fue uno de los principales alicientes en 2024, no ha participado. Desde el inicio, el acto se ha convertido en un homenaje a Charlie Kirk, el activista de extrema derecha que fue asesinado el miércoles en Utah. “No es un caso aislado, es la evidencia repetida de que la izquierda no renuncia a la violencia. Al revés, la promociona y utiliza para eliminar a sus rivales políticos”, ha proclamado Santiago Abascal, que ha aludido a la “izquierda criminal”. “No nos matan por ser fascistas, nos llaman fascistas para matarnos”, ha remachado.

 

“Le han matado porque han esparcido el odio contra todos nosotros. Yo os pido que nos comprometamos a seguir peleando. Porque ni todo su odio no os va a detener”, ha reiterado el líder de Vox, que ha mezclado a Bildu en la ecuación: “Lo han hecho en España hasta antes de ayer con 1.000 asesinados por el terrorismo del izquierdismo separatista, a manos de la banda criminal ETA, que hoy decide el Gobierno de España”. Y ha clausurado su intervención con otro mensaje: “La reconquista ya ha comenzado y no la van a detener ni envenenando las almas con sus mentiras ni disparando al pecho que grita libertad”.

Uno de los discursos más esperados era el de Javier Milei, presidente de Argentina, que ha hecho una intervención de seis minutos en directo telemáticamente. Lejos del tono incendiario de otras ocasiones, el líder argentino ha definido a Charlie Kirk como un “mártir de la libertad”, un “guerrero ejemplar en el campo de la batalla de ideas” y una persona “intachablemente pacífica” que fue “brutalmente asesinado a sangre fría por un intolerante”. “Fue una prueba gráfica más de lo que es verdaderamente la izquierda en estado puro: odio y resentimiento. […] Estoy seguro de que este trágico asesinato no debe ser motivo para claudicar en la batalla cultural”, ha añadido. “Si nos atacan es porque estamos haciendo lo correcto y estamos cerca de lograr vencerlos en los planos políticos, sociales, culturales y económicos”, ha apostillado.

La ausencia física de Javier Milei llega en un contexto delicado para el líder argentino: su hermana ha estado salpicada por un escándalo de comisiones y su partido, La Libertad Avanza, perdió las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires delante del peronismo. Y su tono ha distado mucho de las últimas dos intervenciones que hizo en Vistalegre. Primero calificó de “corrupta” a Begoña Gómez y después tildóPedro Sánchez de “bandido local” y “socialista de mierda”. Hoy, lejos de esto, no ha hecho ninguna referencia ni alusión al presidente del Gobierno.

Bajo el lema “Empieza la reconquista”, el acto ha comenzado con un homenaje a Charlie Kirk, que ha sido presentado como “uno de los patriotas más conocidos” de Estados Unidos y como una persona que fue amenazada por las “turbas izquierdistas que se habían apropiado de las facultades, imponiendo el pensamiento único y la censura”. Se ha reproducido un vídeo recuperando frases suyas mientras los asistentes aplaudían de pie. Acto seguido, ha sonado La muerte no es el final, el himno que se usa para honrar a los caídos del ejército español. Han asistido 8.500 personas, que son 2.300 menos que el año pasado.

Homenatge a Charlie Kirk Europa Viva Vox   EFE
El homenaje a Charlie Kirk en el inicio del acto / Foto: EFE

“Las balas vienen siempre de la misma dirección”

El primero en tomar la palabra ha sido el estadounidense Kevin Roberts, el presidente de la Heritage Foundation, que ha pedido que la muerte de Charlie Kirk sea un “punto de inflexión” y ha esgrimido que ha sido un “recordatorio de que hay cosas por las que vale la pena morir”. “El destino de toda nuestra civilización depende de si continuaremos su legado, de si nos dedicaremos a terminar el trabajo indispensable al que valientemente dedicó su vida y dio su última muestra de entrega”, ha verbalizado.

“Las balas vienen siempre de la misma dirección. Estas personas, estén donde estén, son todas iguales, son opositores al orden, emisarios de la violencia y sobre todo enemigos de la verdadera cruz”, ha proclamado. “La escalada de violencia no es porque su influencia aumente o porque su poder esté creciendo, todo lo contrario, es porque ven que la gente buena está despertando y ven a jóvenes eligiendo rechazar sus mentiras y vivir en libertad”, ha añadido.

Por su parte, la presidenta de Italia, Giorgia Meloni, ha subrayado que el “sacrificio” de Kirk “recuerda una vez más de qué lado están la violencia y la intolerancia”. “No caeremos en su trampa, no jugaremos el juego de quienes quieren arrastrar a nuestras naciones a una espiral de violencia”, ha expresado. “No nos van a intimidar, seguiremos adelante y lucharemos sin descanso por la libertad de nuestros pueblos”, ha apostillado. Finalmente, el alcalde de Lima (Perú), Rafael López Aliaga, ha presentado a Charlie Kirk como un “mártir” y lo ha descrito como el “tipo más dialogante de la tierra” y alguien con “paciencia para aguantar a tanto rojo inútil” y “cualquier majadería”. “Lo que han hecho es fatal para esta izquierda del mal, mentirosa, asesina y ladrona”, ha verbalizado.

El “psicópata” Sánchez y la “siniestra” Von der Leyen

Santiago Abascal también ha tenido tiempo para tildar a Pedro Sánchez de “psicópata” y acusarlo de estar “dispuesto a pactar con Satanás” para continuar en la Moncloa, de calificar a Ursula von der Leyen (la presidenta de la Comisión Europea) de “siniestra” y compararla con Palpatine (un personaje de Star Wars) en medio de silbidos del público y de volver a la carga contra el PP: “Luego lloran porque le llamamos derechita cobarde o estafadora. Y todavía somos buenos porque lo han traicionado todo sin excepción. No hay ninguna política socialista a la que hayan renunciado o que hayan revertido”. “No ha llegado Europa hasta aquí para que la izquierda islamista y la complicidad del Partido Popular se la entreguen a los hooligans de Osama bin Laden”, ha dicho en otro momento. Y ha vuelto a hacer un llamamiento a hundir el barco “esclavista” del Open Arms: “No se nos ha calentado la boca, no ha sido un patinazo o una provocación, hay que confiscarlo y hundirlo”.

“Tenemos que echar a Sánchez a la cárcel y tratarlo como un criminal”

El discurso más incendiario ha sido el del portugués André Ventura, el líder de Chega. “Tenemos que acabar con el socialismo en España, en Portugal y en toda Europa”, ha reclamado. Y ha disparado directamente contra el presidente del Gobierno: “Tenemos que echar a Pedro Sánchez a la cárcel. Así es como debemos tratarlo, como un criminal”, ha proclamado. “Lo que pasa en España es una mafia dentro del Gobierno que tenemos que echar a la cárcel”, ha reiterado. Unas expresiones que han levantado la euforia del público, que ha gritado (como en otros momentos del acto) “Pedro Sánchez, hijo de puta”, unos cánticos que eran animados y auspiciados por André Ventura.

 

La venezolana María Corina Machado y la griega Afroditi Latinopoulou

Desde Venezuela, María Corina Machado, la líder de la oposición a Nicolás Maduro, ha asegurado que los “grandes pilares” de la civilización están “en crisis en todo Occidente” a raíz del “intento absurdo, suicida y traicionero” de “querer transformarnos en lo que no somos, de querer convertir el estado en Occidente en algo nuevo que ni es, ni puede ser”. “No debería sorprendernos que finalmente pase lo que ha pasado en Venezuela, que emerja ese mal terrible que hoy el mundo parece por fin reconocer en toda su profundidad y perversidad: la posibilidad de que la política le vaya abriendo los espacios al crimen, hasta que finalmente sea el crimen el que se devora a la política”.

En una línea parecida, en persona en Vistalegre, la griega Afroditi Latinopoulou, presidenta de Voz de la Razón, ha arremetido contra la inmigración: “Europa está cometiendo un suicidio. Tenemos marionetas que hacen que nuestra sociedad sea insegura, que nuestros niños crezcan con miedo. Ha cedido al islamismo en lo que más nos afecta. Odian lo que queremos. Y si no actuamos ahora, mañana no existirá España, ni Grecia, ni Europa”. “Impondrán sus ideas sobre nuestros hijos, les pondrán burcas. ¿Es lo que queremos? ¡Basta! Cerremos fronteras, nada de asilos y cerremos las mezquitas”, ha añadido. Y el público ha respondido con gritos de “España cristiana, no musulmana”.

Más voces. Desde Chile, José Antonio Kast (líder del Partido Republicano) ha instado al pueblo a través de un vídeo a elegir entre “seguir atrapado en el estancamiento, la inseguridad y la destrucción” o “abrirse a un nuevo tiempo de más libertad, más desarrollo y más esperanza”. Desde Flandes, Tom Van Grieken, el líder de Vlaams Belang, ha proclamado, en medio de la euforia de los asistentes, que España “pertenece a los españoles” y “no a las elites corruptas, a los medios de izquierda, a los carteles o a los burócratas de Bruselas”. Y, desde el atril, ha arremetido contra el colectivo LGTBI: “Si decir que un hombre es un hombre y una mujer es una mujer se considera extremo, entonces llámenme extremista. Una madre es una mujer y un padre es un hombre. Nos pueden llamar extremistas cada día, pero estos hechos no van a cambiar”. Asimismo, han participado a través de vídeos el colombiano Álvaro Uribe, el austríaco Herbert Kickl y el checo Andrej Babiš.

 

“Hay que pisar la estelada”

Paseando por los pasillos de Vistalegre, los asistentes se encuentran con todo tipo de productos. La organización repartía gorras, bolígrafos y chapas con la bandera de España, había una tienda que vendía sombreros, carteras, cinturones, llaveros o mecheros con la rojigualda y, en otro punto, se podían adquirir una gorra con el lema “Make Montero a casher again” (en alusión a Irene Montero, que antes de hacer el salto a la política era cajera de supermercado) o una camiseta con la frase “Viva la libertad, carajo”, el grito de guerra de cabecera de Javier Milei.

Uno de los estands era de Solidaridad, el sindicato hermanado con Vox que tiene como líder a un encausado por un ataque xenófobo en Masnou. También había una tienda de jamón ibérico o una librería que vende libros como Eternamente Franco, que “ofrece un análisis racional y razonable” del dictador. O un stand de la Unión de Brigadas, un grupo de gente que “limpia de propaganda separatista los espacios públicos de Catalunya”. En el suelo, exhibían dos esteladas para que la gente las pudiera pisar. De hecho, una de las asistentes se recrea en ello: “Hay que pisarla”, indica a una de sus acompañantes. Y también se podía ver un damasco de la última manifestación del 11S, seguramente arrancado de algún balcón de Catalunya.