Los diputados de Junts per Catalunya Míriam Nogueras, de la CUP Albert Botran, del PDeCat Ferran Bel y de Bildu Jon Iñarritu han pedido este martes al Congreso de los Diputados que se deje de lavar las manos. Han mandado una carta a la presidenta de la cambra baja, Meritxell Batet, instándola a tomar medidas frente al espionaje del CatalanGate y el uso del software espía Pegasus. Así pues, se ha pedido que en el parlamento español se inicie una investigación para saber quién está detrás de estos espionajes que habrían afectado a tantos disidentes políticos del Estado español. “Ante este ataque a nuestra actividad política y a nuestros derechos fundamentales, solicitamos amparo a la Presidencia y le instamos a investigar quién está detrás de esta intrusión”, asegura el comunicado. Así pues, se piden “medidas oportunas para que un hecho similar no se pueda volver a producir”. 

En la carta, los cuatro diputados del Congreso recuerdan a su presidenta que han tenido conocimiento que han sido espiados por Pegasus gracias a la investigación de CitizenLab publicado en The New Yorker. “Este caso de espionaje político es hasta el momento el más importante en número de personas afectadas que se ha certificado en Europa; un hecho doblemente grave es que entre las más de 60 personas espiadas hay varios cargos públicos en ejercicio de su cargo, entre ellos nosotros”, añade la carta. “Como miembros de las Cortes Generales, consideramos que no solamente se nos habrían vulnerado nuestros derechos fundamentales, a cuya protección sirven nuestras prerrogativas parlamentarias, al vulnerarse las garantías para poder hacer un trabajo político en libertad”, también se asegura. 

Así pues, el texto también lamenta que “la libertad de expresión, la inviolabilidad de las comunicaciones, la intimidad, la libre formación de la voluntad política y la libre expresión de la misma han quedado gravemente comprometidas y amenazadas; con ellas, el pluralismo político y la democracia”. De hecho, “habida cuenta de las relaciones políticas que se mantienen por parte de estos grupos con el resto de las fuerzas políticas, indirectamente este caso de espionaje ha supuesto un ataque a todo el Congreso de los Diputados y a su funcionamiento efectivo”. La inviolabilidad de la Cámara es una garantía institucional que es condición necesaria para asegurar la independencia del Congreso de los Diputados”, dice el texto. 

 

 

Rechazo a una actuación de oficio

Es importante recordar que la semana pasada el Congreso se lavó las manos. Ni la presidenta de parlamento español, Meritxell Batet, ni los servicios jurídicos de la planta baja se plantearon iniciar una investigación o actuar de oficio para averiguar si sus diputados han sido espiados a través de Pegasus. Se trata de los dispositivos móviles que el mismo Congreso da a sus parlamentarios cuando empieza la legislatura. La cámara baja, pues, se negó a investigar si estos móviles han sido infectados con este software espía y lo deja todo en manos de una consulta a los informáticos: insta a los diputados a que tengan curiosidad o preocupación por si han sido espiados a entregar sus móviles a los expertos de la cámara para que lo investiguen. Algo un poco distinto a lo que pasó en el Parlamento Europeo.