No es de extrañar que el ministro del Interior más longevo de la democracia española, Fernando Grande-Marlaska, acumule un gran listado de escándalos. Va con el cargo. Esta semana ha acumulado uno más: narcotraficantes han asesinado con su lancha a dos guardias civiles en Barbate. Su Ministerio está en el punto de mira porque asociaciones de la benemérita y de la policía española denuncian falta de medios y efectivos policiales en la zona. Y por eso el PP pide la dimisión de Marlaska. El ministro se niega y asegura que los hechos "no quedarán impunes". Ahora bien, no es la primera vez que se pone de manifiesto la desafección dentro de las filas policiales con el ministro socialista: ha sido silbado algunas veces y este domingo la viuda de uno de los guardias muertos en Barbate se negó a que Marlaska le colocara una medalla. Pero no son, ni de lejos, las únicas polémicas que acumula el Ministro del Interior de Pedro Sánchez. Ha sido cuestionado por el espionaje al independentismo a través de Pegasus, se han puesto al descubierto infiltraciones policiales en movimientos políticos, sociales y populares; y ha sido el máximo responsable de una policía con fijaciones sobre los CDR. Con todo, acumula una reprobación en el Congreso: por la masacre de migrantes que saltaban la valla de Melilla.

La semana que viene, Marlaska se someterá a dos votaciones de reprobación. La primera, en el Congreso de los Diputados, el martes. Y la segunda, al día siguiente, miércoles, en el Senado. Se espera que esta segunda salga adelante, en tanto que el PP tiene mayoría absoluta en esta cámara y es este partido quien ha impulsado ambas reprobaciones. La excusa de los populares es la petición de los sindicatos: aumentar el número de efectivos en la zona donde unos narcotraficantes asesinaron a dos guardias civiles. El mismo Feijóo invitó a Pedro Sánchez a cesarlo por "respeto" a los familiares de los muertos. Fuentes del Gobierno, mientras tanto, remarcan que el ministro del Interior tiene toda la confianza del presidente Pedro Sánchez.

Ceuta y Melilla

Pero no es la única polémica que acumula el ministro. La más sonada fue la masacre de Melilla, en la que murieron 23 migrantes que intentaban saltar la valla. El PP sí que consiguió entonces que el Congreso de los Diputados reprobara a Marlaska. Se sumaron las tres fuerzas independentistas de la última legislatura (ERC, Junts y CUP), además de Vox y Ciudadanos. La cámara no solo cuestionó el papel de los agentes españoles en la valla, sino también la posición de Marlaska, que se negó a asumir ningún error.

Por otra parte, hace unas semanas el Tribunal Supremo consideró ilegales las devoluciones de menores que se hicieron en Ceuta en agosto de 2021. Hasta 12.000 migrantes habían llegado al Estado provenientes de Marruecos en mayo de aquel mismo año. Pero el pasado mes de enero el ministro defendió la actuación y aseguró que las devoluciones se hicieron con el pleno convencimiento de que se ajustaban a la ley. El PP pidió la dimisión de Marlaska por estos dos episodios de Ceuta y Melilla.

El espionaje a través de Pegasus

Marlaska también ha tenido que coger la revelación de que decenas de independentistas fueron espiados con Pegasus. El ministro siempre ha negado que los cuerpos policiales españoles tengan acceso a este software espía israelí. De hecho, el Gobierno tuvo que contraatacar diciendo que Pedro Sánchez también había sido víctima de este tipo de espionaje. También por esta cuestión el independentismo ha pedido la dimisión del ministro del Interior

También ha tenido que encarar la detención de un grupo de CDR en septiembre del 2019 acusados de terrorismo, así como las protestas contra la sentencia del Procés en octubre del 2019. Marlaska condecoró a los agentes heridos en los disturbios de aquellos días, en los que destacó la batalla de Urquinaona. También condecoró, en 2018, a Enric Millo, al mérito civil por haber sido delegado del Gobierno en Catalunya durante el 1-O y la aplicación del 155.

Infiltraciones policiales en los Països Catalans

Marlaska también ha sido foco de críticas cuando han salido a la luz infiltraciones de policías españoles en movimientos sociales, políticos y populares en los Països Catalans. Se han documentado incursiones en movimientos de la izquierda independentista del Eixample y el Gòtic de Barcelona (en el SEPC y en Juventud Republicana), en movimientos sociales de Sant Andreu, también en la capital catalana; en movimientos independentistas de Girona y en movimientos sociales de València. Marlaska insistió en sede parlamentaria, evidentemente, en que no se persigue políticamente al independentismo. El Parlament aprobó el pasado martes citar a Marlaska en la cámara catalana, junto con Pedro Sánchez y la ministra de Defensa, Margarita Robles, para dar explicaciones sobre estas infiltraciones.

Pérez de los Cobos

También fue duramente criticado por la derecha por haber destituido a quien fue el cerebro del operativo del 1-O, el coronel Diego Pérez de los Cobos, de ser el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid. El ministro justificó que había "perdido la confianza" en saber que su equipo investigaba si había conexiones entre el inicio de contagios de coronavirus en 2020 y la manifestación feminista del 8-M. El Tribunal Supremo dio la razón a Pérez de los Cobos y el coronel volvió a ocupar su cargo. El PP, junto con Vox y Ciudadanos, pidió la dimisión de Marlaska a causa de la sentencia favorable a De los Cobos.