La música Marta Santamaria fue increpada en Madrid por llevar un lazo amarillo. Los hechos sucedieron cuando cenaba con un amigo en un restaurante.
Después de más de un año de girar|pasear|recorrer por el mundo con el lazo amarillo, dentro y fuera de los escenarios, he tenido que llegar a Madrid para pasar miedo al estar señalada e insultada a gritos públicamente. Todo para estar cenando tanquil·lament con un amigo y llevar un lacito amarillo a la camiseta. FIL����
— Marta Santamaria ���� (@MartaLlavall) November 28, 2018
"Desde que llegamos al restaurante, el señor de la mesa de enfrente no ha parado de mirarnos con desprecio", ha comentado a través de las redes sociales. "Su compañera ens ha regalat un 'viva España'. Cuando se marchaban se nos ha acercado y, con gritos y una agresividad considerable, nos han dicho de todo". Santamaria dice: "No hemos caído en sus provocaciones, pero nadie nos ha defendido. Al contrario. Hemos sido observados por todo el mundo el resto de la cena, hasta el punto de que cuando las señoras de otra mesa se marchaban una se ha acercado para llamarnos 'Esto que hacéis es una puta provocación'".
Sólo de llegar al restaurante, el señor de la mesa|tabla de delante no ha parado de mirarnos con menosprecio|desprecio. Su compañera, después de regalarnos uno "Viva España", también. Cuando|Cuándo se marchaban, se nos han acercado y, con gritos y una agresividad considerable, nos han dicho de todo.
— Marta Santamaria ���� (@MartaLlavall) November 28, 2018
Nosotros no hemos caído en sus provocaciones, pero NADIE nos ha defendido. Al contrario. ¡Hemos sido observados por todo el mundo el resto de la cena, hasta el punto que cuando las señoras de otra mesa|tabla se marchaban, una se ha acercado para llamarnos "Esto que hacéis se una puta provocación!"
— Marta Santamaria ���� (@MartaLlavall) November 28, 2018
"Un lacito es una provocación, pero una agresión verbal pública, no...", ha reflexionado. "Cuando llegamos al hotel, nos damos cuenta de que la pareja en cuestión se aloja aquí también. Los vemos en el hall. Yo voy a dormir, pero mi amigo se reúne con otros compañeros de la orquesta para tomar algo en el bar".
Un lacito es una provocación, pero una agresión verbal pública, no...
— Marta Santamaria ���� (@MartaLlavall) November 28, 2018
Cuando llegamos al hotel, nos damos cuenta de que la pareja en cuestión se aloja aquí también. Los vemos en el hall. Yo voy a dormir, pero mi amigo se junta con otros compañeros de la orquesta a hacer un beber en el bar.
"El señor, cuando lo ve, lo va a buscar. Lo insulta a gritos y vuelve a no respetar un mínimo de distancia personal. Mi amigo le pide al personal del hotel que intervenga. ¡Ellos hacen retirar al señor, pero acaban pidiendo el número de habitación a mis compañeros, no a él!", explica sorprendida.
El señor, cuando lo ve, lo va a buscar. Lo insulta a gritos y vuelve a no respetar un mínimo de distancia personal. Mi amigo pide al personal del hotel que intervenga. ¡Ellos hacen retirar al señor, pero acaban pidiendo el número de habitación a mis compañeros, no a él! (?!?)
— Marta Santamaria ���� (@MartaLlavall) November 28, 2018
"Hoy, ellos creerán que han ganado. No llevaré el lazo, ni en el concierto ni en ningún sitio. Pero mañana volveré a pasear por el mundo con él y, cuando me pregunten qué significa y por qué lo llevo explicaré con más fuerza que nunca la causa catalana y la vergüenza democrática que es España. ¡Asco!", concluye Santamaria.
Hoy, ellos creerán que han "ganado". No llevaré el lazo, ni al concierto ni en ningún sitio. Pero mañana volveré a girar|pasear|recorrer por el mundo con él y, cuando|cuándo me pregunten|pidan qué significa y por qué el oporto, explicaré con más fuerza que nunca la causa catalana y la vergüenza democrática que es España. ¡Asco!
— Marta Santamaria ���� (@MartaLlavall) November 28, 2018