La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero ha salido en defensa de la Comunidad de Madrid y ha cerrado la puerta al posible impuesto para las rentas altas de esta autonomía. Es más, ha negado que los de Pedro Sánchez tengan en mente asumir la propuesta lanzada desde la Comunidad Valenciana.

La propuesta de Ximo Puig

Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana sugirió que el objetivo de este impuesto sería gravar los beneficios asociados a Madrid por su condición de capital de España.

Sin embargo, el alto cargo de la Moncloa ha cerrado que "esta propuesta no está en la agenda de Gobierno, ni lo estará nunca". Así, ha adoptado una posición contraria a su compañero, el ministro de Inclusión, a José Luis Escrivá, quién sí que lo había visto con buenos ojos.

Uno no rotundo

En declaraciones a los medios después de mantener una reunión con el alcalde de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Víctor Mora, Montero ha remarcado su rechazo a la iniciativa para considerar contraproducente que cabe Gobierno, sea del color político que sea, trabajara en esta dirección". Creo que he sido lo bastante clara", ha remachado.

"Evitar comparaciones"

En este sentido Montero ha justificado la negativa diciendo que el ejecutivo central defienden una hoja de ruta que "nunca enfrente territorios", mientras que ha defendido que sus iniciativas se encaminan a "buscar el consenso, el diálogo, la capacidad de ponernos de acuerdo entre todos los territorios que conforman España para que no se produzcan comparaciones, agravios, porque unas personas piensen que tienen menos oportunidades que otros por el hecho de vivir en un territorio o en otro".

Por otra parte, ha esgrimido que la concepción que tiene el Gobierno de la política fiscal es que esta es "imprescindible para seguir prestando unos servicios públicos de calidad dirigidos a los ciudadanos".

 

 

Recriminaciones en el PP

La ministra también ha recriminado al PP que "juegue permanentemente al victimismo, haciendo ruido, buscando la polémica donde no hay nada".

Y es que, al margen de apreciaciones técnicas o solidaridad comunitaria, la propuesta de Puig ha sido la excusa perfecta por Ayuso para enarbolar una de sus banderas preferidas: la supone madrileñofóbia. A la presidenta de la Comunidad de Madrid le ha faltado tiempo para tildar de madrileñofóbica la propuesta de Puig.

Ayuso ha recuperado uno de los sainetes más conocidos de la política española. La tragedia de Madrid: la comunidad más castigada. A pesar de la supuesta indefensión de Madrid, hay que recordar que la comunidad a menudo ha sido acusada con muchos fundamentos de hacer dumping fiscal.

¿Y en qué consiste esta práctica? Pues la presión de una comunidad con mucha fuerza fiscal (Madrid) en las otras para que bajen sus impuestos. Un ejemplo práctico sería: Madrid al bajar los impuestos obliga a las otras comunidades a hacerlo para que las empresas no se marchen y se concentren - todavía más- en la capital.

 

Imagen principal, María Jesús Montero / Europa Press