El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha defendido este miércoles que el sistema público de pensiones español "es muy sólido", ahora bien, también ha definido como un problema delimitado en el tiempo la jubilación de la generación del 'baby boom', que generará un gran gasto hasta 2050 y que hay que decidir como se paga. De hecho, el ministro ha comentado que "llegado el momento, si hubiera que reunir nuevas fuentes de financiación al sistema, que en cualquier caso son muy pequeñas, la disyuntiva es si se paga con impuestos que los pagan todos o podría contemplarse la posibilidad de un mecanismo más selectivo", ha afirmado durante su comparecencia ante la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo.

Con estas declaraciones, el ministro ha abierto el debate sobre una cuestión que cree que hay que decidir en el ámbito social y político, después de que la semana pasada le costara una rectificación plantear la posibilidad que los ciudadanos de la generación del 'baby boom', aquellos nacidos entre 1960 y 1975, tuvieran que asumir una bajada en la pensión o si no querían que eso pasos, alargar su vida laboral unos meses con el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional.

Seguramente, por las grandes críticas que recibió entonces, este miércoles no ha querido hacer valoraciones ni que sus palabras se pudieran malinterpretar y se ha limitado a poner la cuestión encima de mesa, aunque ha incidido en qué es un elemento muy importante a tener en cuenta, dado que la generación más joven incorporada al mercado laboral sufre una precariedad y una elevada tasa de desempleo que no han sufrido generaciones anteriores.

De hecho, ha recordado que "de la misma manera que ya nadie discute que la consideración de género es una cuestión fundamental de justicia y equidad que hay que incorporar a las políticas públicas, yo estoy convencido de que con el tiempo, plantear el mecanismo de equidad intergeneracional probablemente tiene también elementos de justicia y equidad".

Derogación del factor de sostenibilidad

Ha recordado también la importancia de haber derogado el factor de sostenibilidad, "mal diseñado", de la reforma del PP de 2013, que penalizaba la esperanza de vida con un efecto creciente en el tiempo sobre los más jóvenes, que a partir de 2050 hubieran tenido una bajada en su pensión mayor en la de los que se jubilaran en el 2030.

Este factor, inicialmente previsto para entrar en vigor en 2019 y suspendido hasta 2023, habría supuesto un recorte de 291 euros para una pensión de 1.500 euros de un trabajador que se jubilara a los 67 años en el 2070 y de solo 101 euros para quien en las mismas circunstancias se jubilara en 2030, según los cálculos presentados por Escrivá.

La reforma del PP provocó la percepción que había un problema con las pensiones

Además, durante su intervención en el Congreso, Escrivá ha explicado que en los últimos años las previsiones más alarmistas han alimentado la inquietud de la sociedad y la creencia que cada vez las pensiones serán menores, alguna cosa que validó la reforma del PP de 2013 con el mensaje que existía "un problema grandísimo".

Por el contrario, el acuerdo suscrito con los agentes sociales la semana pasada cree que da certitud a los pensionistas actuales y futuros al garantizar su poder adquisitivo y reforzar la sostenibilidad del sistema. El ministro ha considerado que el problema mayor del sistema es el de los gastos impropios, alguna cosa que se soluciona con el acuerdo firmado con patronal y sindicatos que traslada el gasto no contributivo (en torno al 2% del PIB anual) a los presupuestos generales del Estado.

Según ha explicado, esta es la razón de que España tenga un mayor déficit en el ámbito de la Seguridad Social que otros países europeos con sistemas de similares, a pesar de tener un gasto en pensiones inferior y unas cotizaciones sociales más altas.