Todo ha quedado eclipsado por la suspensión de la ampliación del aeropuerto de El Prat, anunciada este miércoles por el Gobierno. Este mismo jueves, el president Pere Aragonès ha comparecido públicamente para acusar a La Moncloa de practicar el "chantaje" a la Generalitat para imponer sus planes. Y la respuesta del ejecutivo central no se ha hecho esperar, en boca de su portavoz Isabel Rodríguez. A las críticas del president de la Generalitat, la dirigente socialista ha replicado que "no es capaz de explicar cómo ha dejado escapar una inversión de 1.700 millones de euros para su tierra".

En una atención a los medios de comunicación, la portavoz del Gobierno se ha pronunciado en los mismos parámetros que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en varias entrevistas esta mañana. Rodríguez ha asegurado que no han adoptado esta decisión de buen grado, pero que lo han hecho porque "no ha habido un apoyo clave por parte de la Generalitat a un proyecto transformador de país y de Catalunya, y generador de ocupación en un marco de desarrollo sostenible".

A pesar de los reproches a la Generalitat por sus obstáculos al proyecto de ampliación, desde el Gobierno quieren desvincularlo de la mesa de diálogo, que no tendría que verse afectada por las turbulencias. Isabel Rodríguez, sin aclarar todavía las incógnitas, ha afirmado que "se están ultimando los trabajos" para este encuentro de la próxima semana y que siguen trabajando "por la recuperación y el reencuentro en Catalunya". Y ha insistido: "Mantenemos la agenda y la necesidad de esta reunión. El Gobierno ha dado señales claras de que queremos entablar un diálogo con Catalunya, que hay que recuperar los afectos entre catalanes, que se puede hacer mucho desde el compromiso político, y seguiremos avanzando".

Aragonès, indignado

Indignación, perplejidad, maniobra de presión, boicot... El president, Pere Aragonès, ha comparecido visiblemente enojado y no ha ahorrado los reproches hacia la decisión del Gobierno de suspender el proyecto de ampliación de El Prat. Ha atribuido el gesto a un intento de imposición del Estado y de las diferencias internas dentro del ejecutivo de Pedro Sánchez, y ha asegurado que esta crisis no hará descarrilar la mesa de diálogo que se tiene que celebrar la próxima semana. "Hay mucha gente que quiere que la mesa de negociación fracase, por mí no será", ha advertido.

 

En una comparecencia desde la sala Torres Garcia, el president ha repasado, con un tono indignado, lo que ha descrito como cambios de posicionamiento del Gobierno desde que se cerró el acuerdo del 2 de agosto hasta que ayer, de manera inesperada, la ministra dio marcha atrás al acuerdo. Ha asegurado que el Gobierno ha roto aquel acuerdo de "manera desleal y unilateralmente" y ha insistido en denunciar chantaje de La Moncloa y de AENA.