Miguel Ángel Carballo es el teniente fiscal de la Audiencia Nacional y quien dirige la acusación contra el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, la intendente Teresa Lapana, el exsecretario general de Interior César Puig y el ex director de la policía Pere Soler.

Su papel en las primeras tres semanas de juicio ha mostrado a un fiscal perdido en el sumario. Ha seguido todo el caso contra el procés desde el primer día, desde la querella contra Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y que después se extiende en el gobierno y en la cúpula de Interior y los Mossos. Es el fiscal que pidió prisión sin fianza para todos los miembros del Gobierno que han sido condenados, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y quien intentó también la prisión preventiva para el mismo Josep Lluís Trapero. Pero por el contrario de lo que podría parecer, no tiene un control absoluto del caso. Al contrario, sesión tras sesión, muestra un embrollo de ideas que se muestran en interrogatorios desordenados.

De hecho, en más de un momento, ha confundido pruebas aceptadas en otras piezas de la causa, pero que no están incluidas en el caso que se juzga estos días. Hay dos momentos de estas últimas sesiones que muestran como Carballo, a través de documentos no incluidos en el sumario u otros casos derivados del 1-O, incluso archivados, busca implicar a Trapero en la inacción de los mossos.

Uno de los momentos más inexplicables, sin embargo, de esta semana fue la localización de uno de los correos de los Mossos, que según el fiscal está en un DVD donde la Guardia Civil puso todos los audios de las comunicaciones internas de los Mossos más el correo electrónico. El Fiscal acabó consultando en el móvil, aunque encima de la mesa tenía el ordenador con la causa.

El correo se buscó durante la pausa de la mañana. Y después se siguió buscando en el receso del mediodía. Hasta ahora, sin embargo, todavía no se ha localizado.

 

Carballo ya empezó el juicio siendo el hazmerreír con la traducción de uno de los correos. ¡"Ya! Tenemos pistas del contenido de la 5/2017", leyó animado durante el interrogatorio de Josep Lluís Trapero. Ante esta interpretación, el mayor puntualizó que este ya quería decir: "Ya tenemos pistas".

 

 

Carballo se aplica en cada uno de los interrogatorios para buscar pruebas contra el mayor y la cúpula política del cuerpo, pero sus recursos son estrambóticos. Correos electrónicos que no se encuentran, cartas no aceptadas como prueba, piezas archivadas... El fiscal ha podido estirar del hilo de los responsables de la investigación de la Guardia Civil que han sacado pecho delante los interrogatorios del Ministerio Público, pero que se han encogido ante las defensas.

Con los dos Mossos d'Esquadra que han declarado hasta el momento, tampoco ha obtenido nada contra los acusados. Para no complicar más el relato, Olga Tubau le ha retirado la oportunidad de poder interrogar a los presos políticos que estaban citados como testigos porque ha renunciado. Carballo no sacó mucho provecho de Daniel Pérez de los Cobos, ni de Daniel Baena 'Tácito' de le quien le arrancó una presunta reunión secreta de Trapero con Puigdemont, que después desmontó Tubau.

Veremos qué papel juega el lunes, cuando tenga delante suyo la secretaría judicial del juzgado de Instrucción 13. Una testigo que le juega a favor, de lágrima fácil y que tiene un relato de película.