El Estado cree que la Operación Diálogo con Catalunya avanza a toda vela, a pesar de que esta semana el Congreso haya aprobado con los votos del PP, el PSOE y Ciutadans el suplicatorio para que el ex consejero de la Presidència, Francesc Homs, sea juzgado por el Tribunal Supremo por poner las urnas del 9-N. El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha sido preguntado por el Nacional en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros sobre si el gesto perjudica al diálogo y la respuesta del también ministro de Educación y Cultura ha sido refugiarse en el cumplimiento de la ley.

"Es una autorización de las Cortes para que un tribunal pueda investigar a un diputado. Nadie está por encima de la ley, debe ser cumplida por todos y es la misma para todos. Incluso, hay quien se presenta a las elecciones diciendo que los políticos no pueden tener privilegios", ha cerrado Méndez de Vigo.

La respuesta llega después de que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, asegurara que el suplicatorio pondría "más piedras" en la maleta del diálogo. El discurso del president tuvo lugar el pasado miércoles, en el acto convocado por los partidos catalanes y de fuera de Catalunya defensores del soberanismo, en protesta contra la "judicialización de la política". Pero el suplicatorio, así como la citación para declarar a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, o la suspensión del juez Santiago Vidal, sí son gestos entendidos como una falta de realidad en los puentes de la Moncloa, por parte de la Generalitat.

Aun así, Méndez de Vigo continúa en sintonía con lo que cree el Gobierno, después de que ha afirmado que "esta es la legislatura del diálogo". Y sobre si había respondido a la carta del conseller d'Economia y vicepresident, Oriol Junqueras, la vicepresidenta y ministra de Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, De Vigo ha dicho que "toda comunicación tiene respuesta". Finalmente, cerró el capítulo Catalunya recordando que Santamaría había instalado un despacho en la Delegación del Gobierno, como muestra casi efectiva -a su juicio- de que el diálogo avanza sin fisuras.