El vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, ha acusado al Gobierno de estar más cerca de las tesis de Vox que de las de Naciones Unidas. En una entrevista a Ser Catalunya, Mauri ha cargado contra la actitud "irresponsable" del PSOE que mantiene, a través de la abogacía del Estado, acusaciones de muchos años de prisión en el juicio del 1-O.

Según Mauri, cualquier negociación tiene que partir de la situación de prisión de los líderes independentistas y ha puesto como "condición sine quan non" que el Gobierno escuche el informe del grupo de trabajo de la ONU que pide la liberación de los políticos. El vicepresidente de Òmnium también ha cargado contra el PSC, a quien le reprocha tener una "empatía cero" con lo que está pasando a pesar de su "tradición catalanista".

"Es una vergüenza y el Gobierno y el PSC no pueden mirar hacia otro lado. Ellos son también responsables de la situación y tienen la llave del conflicto", ha añadido dirigiéndose tanto al PSOE como el PSC recordando que este fin de semana hace 600 días que Jordi Sànchez y el presidente de su entidad, Jordi Cuixart, están en prisión preventiva.

Y en este punto ha considerado un "grave error" que la abogacía del Estado, controlada por el gobierno de Sánchez, no se haya movido y siga pidiendo penas de muchos años de prisión para los acusados.

Con respecto al diálogo, Mauri cree que las dos partes se tienen que sentar "sin renuncias ni apriorismos" pero ha añadido que una "condición sine sine quan non" es que el gobierno de Sánchez escuche la interpelación directa del grupo de trabajo de las Naciones Unidas, que según ha apuntado, insta el Gobierno a "hacer todo el posible para que sean liberados". El vicepresidente de Òmnium ha lamentado la actitud "impropia" de desprecio e incluso de insulto" del ejecutivo de Sánchez hacia este informe.

Con respecto a la respuesta ante una sentencia condenatoria, Mauri cree que tendrá que contar "con la máxima complicidad de la sociedad catalana" y representar el 80% que, según las encuestas, están en contra la prisión preventiva y a favor de una solución política que se someta a votación. Así pues, ha apostado por una respuesta "lo más amplia y transversal posible".

Preguntado por si una opción sería convocar elecciones plebiscitarias, como propone la ANC, Cuixart no se ha querido pronunciar argumentando que son los partidos los que tienen que definir las hojas de ruta a pesar de "valorar positivamente que cada uno ponga sus opciones sobre la mesa".