Artur Mas comparece en el Parlament con motivo de las declaraciones que hicieron Fèlix Millet y Jordi Montull en el juicio del caso Palau, donde acusaron a CDC de cobrar comisiones a través de la fundación Trias Fargas y el Orfeó para adjudicar obra pública a Ferrovial. Las comisiones pasaron del 3 al 4%, según la declaración en el juicio de los exresponsables del Palau.

El expresident no se ha referido en ningún momento a si había o no financiación ilegal en CDC. Y de hecho, Mas ha repetido buena parte de los argumentos que a lo largo de estos últimos 8 años, desde que se conoció el caso Palau y todos sus detalles, ha ido exponiendo. "Casi he perdido la cuenta de las veces que he comparecido para dar explicaciones sobre CDC y en concreto sobre el caso del Palau", así ha empezado su intervención Mas en el Parlament. "No les puedo explicar nada de nuevo", ha añadido.

A pesar de haber admitido que se siente "responsable de haber propuesto el nombre de Daniel Osácar", como tesorero de CDC, mantiene que la "confianza es y era plena y total".

De quien se ha desmarcado es de Carles Torrent: "No me siento responsable", ha dicho. Torrent era el tesorero durante los años 90, que precedió a Osàcar, y quien firmó los convenios de palabra con el Palau. Es también uno de los difuntos más señalados en el juicio, que continúa todavía estos días en el Palau de la Justicia.

Mas ha denunciado que Millet y Montull hayan cambiado su versión de los hechos, y la confesión que hicieron el 16 de septiembre del 2009, cuando estalló el caso, para no ir a la prisión. "Confío mucho más en la versión del señor Osàcar que en la de Millet y Montull", ha repetido varias veces a lo largo de su intervención inicial. "Pactan para rebajar escandalosamente las penas a cambio de cambiar sus versiones", ha concluido.

Y ha defendido al tesorero que él propuso como presidente de CDC: "Osàcar no ha pactado con la Fiscalía, no ha pactado nada. También se enfrenta a unas determinadas penas y mantiene su versión".

Los convenios con el Palau

Artur Mas ha admitido que él y el partido sabían que existían los convenios con el Palau de la Música y la fundación Trias Fargas. "Había unos convenios conocidos por todas las autoridades de vigilancia de las fundaciones", ha dicho. Y ha añadido que también eran unos convenios conocidos por el Govern de Catalunya, en aquel momento en manos de CIU: "El Govern de Catalunya sabía que había aquellos convenios. Concretamente, Justícia. Y convenios dentro de un marco legal".

Els ha atribuido, pero, a los "antiguos responsables de CDC de los años 90", y ha explicando que no sabían que el Palau de la Música no tuviera conocimiento de estos acuerdos hasta el momento en que estalla el caso Palau". Por eso ha explicado que volvieron el dinero.

Reproches a la Fiscalía

Mas se ha vuelto contra la Fiscalía, que es quien destapó el espolio. "No está investigando la adjudicación de obra pública pudiendo hacerlo", ha denunciado. Artur Mas lo atribuye al hecho de que todas las adjudicaciones fueron legales y que en ningún caso se adjudicaron obras a Ferrovial. El sumario del caso Palau apunta a estas adjudicaciones a dedo en varias obras como la Ciutat de la Justícia.

"¿Saben por qué no lo están analizando? Porque saben que está bien hecha. Saben que las adjudicaciones están bien hechas y no hubo trato de favor", ha concluido Mas.

Artur Mas se ha vanagloriado de no haber sido citado nunca, ni a lo largo de la instrucción ni en el juicio, en el proceso judicial del Palau: "Yo en el juicio del Palau no he sido citado en calidad de nada. Tiempo ha habido. Ha habido una instrucción larguísima. Algunos de estos jueces o la Fiscalía podría haber pedido mi comparecencia pero no he sido citado en calidad de nada. Si tuviese esta responsabilidad directa, supongo que la justicia lo habría tenido en cuenta después de tantos años de investigación".

"Lo que intenta demostrar al fiscal es que CDC se financió ilegalmente a cambio de obra publica. Los 9 millones desaparecidos no sueño. ¿Dónde han ido a parar?", ha dicho Artur Mas, haciendo referencia a la cantidad que la investigación no ha podido acreditar ni dónde está ni quién se la quedó.