El expresidente del PDeCAT Artur Mas ha asegurado que todavía tiene un "hilo de esperanza" en que el PDeCAT y Junts per Catalunya lleguen a las elecciones con una propuesta electoral conjunta. Según ha explicado en una entrevista a RAC1 este martes, considera que "todavía no está todo estropeado" y apuesta por no seguir con "proyectos que lleven a la separación". "Quiero hacer de puente", ha apuntado.

Las declaraciones llegan después de que ayer Mas rompiera su silencio y anunciara que seguirá en el PDeCAT pero sin ninguna confrontación con Puigdemont. El expresidente ha vuelto a admitir "estar dolido" y "molesto" con la situación actual y ha acusado a JxCat de traicionar un pacto: "Lo tengo que decir con toda claridad: se ha roto un pacto por escrito sobre el uso de la marca, que sólo se podía utilizar en caso de consenso con el PDECAT. JxCat como marca no se podía utilizar por ninguna de las dos partes sin consenso".

Sin esperanzas en la mesa de diálogo

Con respecto a su opinión sobre la mesa de diálogo, el expresidente, en este caso, se ha mostrado desesperanzado. Según ha explicado, por  su experiencia en negociaciones con el Gobierno, sea del color que sea, "el diálogo siempre es frustrante con el Estado". "El Estado encuentra mecanismos para anular cualquier pacto. He perdido la confianza", ha dicho.

Sin embargo, Mas es partidario de aprovechar la oportunidad: "No confío, pero si nosotros somos los que levantamos la bandera del diálogo, cuando hay una posibilidad de hablar la tenemos que aprovechar".

Algunos contactos con el PSOE

Por otra parte, el expresidente ha explicado que se reunió con Pedro Sánchez cuando ya era presidente en Moncloa y que le explicó que el derecho a decidir "es el consenso más extendido en Catalunya", Según apunta, Sánchez se limitó a escuchar y desde entonces no ha vuelto a tener contacto con la jefe del ejecutivo.

Con respecto a sus relaciones con el Partido Popular, Mas ha afirmado que no ha tenido ningún contacto.

Rompiendo el silencio

Mas explicó que se ha mantenido en silencio durante semanas —aunque, según ha dicho, pasaban "cosas muy relevantes e incluso muy fuertes"— para no perjudicar en ningún caso cualquier posible acuerdo dentro del espacio de Junts. Ha advertido que el acuerdo tiene que ser posible, que ha trabajado con este objetivo y que pensaba que si hablaba durante la negociación sus palabras podían ser mal interpretadas o incluso utilizadas de manera espuria para situarlo como corresponsable del no acuerdo.

Con todo, ha explicado que habla ahora por dos motivos. "Uno, el menos importante, que cada día más hay gente que habla pormí. Y ya puestos, prefiero poner mi voz directa", ha ironizado.

Pero ha añadido un segundo motivo, "más importante", y es que lo interpelan directamente algunas cosas que están pasando y que son trascendentes. "Estos días se han tomado decisiones que no me dejan indiferente", ha advertido.