El magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín apuesta por la amnistía de los presos políticos para solucionar el conflicto catalán, porque el indulto sería un mero "paliativo" que les permitiría salir de la prisión, aunque seguirían con antecedentes penales.

En una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su libro "El gobierno de laso togas" (Editorial Catarata), el fiscal y magistrado emérito de la Sala de lo Penal del Supremo rechaza también la reforma del delito de sedición que plantea el Gobierno, porque según su opinión "lo que se tendría que hacer es suprimirlo y quedarse sólo con el de rebelión".

En su libro, el jurista, miembro de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), analiza la politización de la justicia en España -de aquí el título en referencia a la existencia de un gobierno dentro del poder judicial- y alerta de la judicialización de los problemas políticos, especialmente del procés independentista catalán.

Un juicio "clamorosamente parcial"

Martín Pallín tiene claro que España "no ha sido a la altura" de los patrones democráticos europeos, y es que considera que "ningún país europeo con una democracia consolidada" habría criminalizado lo que para él fue un "proceso electoral y parlamentario" en Catalunya, hasta llegar al punto de prohibir una reunión del Parlamento y acabar denominándolo delito de rebelión.

Para Martín Pallín, el juicio del Supremo "no fue neutral, sino clamorosamente parcial", cosa que cree que posibilitará que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos lo anule, aunque según su opinión la opinión popular seguirá siendo la de "Europa nos maneja que existía en el franquismo y que, según su opinión, muestra una falta de cultura democrática "bastante preocupante".

Y es que, como apunta en el libro, la presión del Ejecutivo para que la justicia se entrometiera en el procés catalán ha acabado provocando que sean los jueces los que tengan que resolver situaciones que nunca tuvieron que salir del marco de la confrontación política.

"Nunca comprenderé cómo el Tribunal Constitucional de un Estado democrático puede criminalizar iniciativas políticas", declara Martín Pallín, "ni cómo se da por bueno que este órgano se erija como el árbitro inapelable de los conflictos políticos".

Para el magistrado, la sentencia que condena a los líderes independentistas catalanes sólo ha buscado un escarmiento "como lo que aplicaban los inquisidores a los herejes".

Este mismo escarmiento ha llevado en medidas tan "drásticas" como la prisión preventiva que, según su opinión, no encuentra ni un solo argumento sólido y fundado en el derecho para justificarla, nada excepto utilizar esta medida cautelar como un "instrumento represivo".

El papel de Felipe VI

Otro aspecto que analiza al magistrado en su libro es el discurso del rey Felipe VI después del referéndum del 1 de octubre, el que según su opinión marca "un punto de inflexión" que "gravitará sobre la política española durante mucho tiempo", ya que el monarca "no tiene que actuar por iniciativa propia".

Además, añade, este día el rey salió "santificando y dando por buenos los sucesos del 1-O" ante una opinión internacional que criticaba las imágenes de la represión policial.

Más allá del papel que jugó el poder judicial en el juicio del procés, Martín Pallín cree que para asegurar una separación de poderes son necesarios cambios en la cúpula, como una reforma del sistema de elección de los miembros del Consejo General de Poder Judicial (CGPJ).

"No hay mayor perversión que los políticos se repartan por cuotas los miembros judiciales", declara el magistrado.

Martín afirma que, o se modifica el sistema de elección de este órgano, o esta influencia entre poderes se convertirá en "una patología crónica".