El ex primer ministro francés, Manuel Valls, apuesta por una candidatura unitaria unionista de cara a las elecciones municipales de 2019. Así lo ha explicado en una entrevista avanzada en El Suplement de Catalunya Ràdio, en la que ha asegurado que le interesa una "plataforma en que no sea de un solo partido" y que por eso está teniendo conversaciones con PSC y PP, además de Ciutadans.

El giro de Valls sería un movimiento estratégico ante el intento del filósofo Jordi Graupera de aglutinar en una lista común el independentismo todo a través de un proceso de primarias —una apuesta que todavía no ha recibido el apoyo explícito de las formaciones independentistas. El ex primer ministro francés se adaptaría a la creciente polarización de la vida política, con un solo candidato unionista frente a la propuesta de un independentista.

En este sentido, Valls ha señalado que "no ha salido de un partido francés para entrar en otro partido", una afirmación que va justo contra la oferta de Ciutadans, que le propuso liderar su candidatura. "Ahora bien, que haya a una plataforma que no sea de un solo partido me interesa", ha sentenciado todo postula·lant-se para liderar la plataforma. El ex primer ministro francés ha concluido que ser el alcalde de Barcelona es una "idea muy bonita". No obstante, ha asegurado que todavía se lo está pensando.

El conocimiento de Valls de Barcelona

Valls ha insistido en que conoce "muy bien" la capital catalana. Lo ha hecho muy convencido justo antes de que el presentador de El Suplement, Ricard Ustrell, le haya preguntado sobre cuestiones específicas de Barcelona como el número de barrios de Barcelona o el barrio con menos renta de la capital catalana, cuestiones en las que Valls no ha querido responder.

"¿Por qué me hace entrar en este debate? Eso no es una entrevista de candidatura", se ha preguntado Valls, que ha asegurado que no dirá "mentiras" a la gente: "No he vivido siempre en Barcelona ni conozco todas las calles", ha expuesto sobre la capital catalana, de que ha destacado el hecho de que sea de las "pocas grandes ciudades" reconocidas internacionalmente, "como Roma o París".