Jaime Pastor (València, 1946), además de profesor titular de Ciencia Política en la UNED, editor de la revista Viento Sur e impulsor de Podemos, es de la plataforma Madrileños por el Derecho a Decidir. La entidad participará, junto a decenas más de todo Madrid, en la manifestación contra el juicio en la capital española. Lo hará convencido de que los presos políticos deben ser liberados y que la solución en Catalunya pasa por un referéndum de autodeterminación.
¿Por qué se han adherido a la manifestación?
Compartimos los dos lemas principales: "la autodeterminación no es delito" y "democracia es derecho a decidir". Desde que se creó Madrileños por el Derecho a Decidir, desde el acto que organizamos en el Teatro del Barrio el 17 de septiembre de 2017, nos hemos solidarizado con esa voluntad de la mayoría de catalanes de votar y decidir su futuro en un referéndum que ojalá hubiera sido pactado.
Parece mentira que tengan que reivindicar que la autodeterminación no es delito cuando la convocatoria ilegal de referéndum está despenalizada. Incluso el PP ha tenido que presentar una iniciativa para intentar penalizarlo de nuevo, que ha fracasado.
Exactamente. Se han utilizado muy frívolamente términos como "golpe de Estado", "referéndum ilegal"... Fue un referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional, pero no ilegal. No era un delito como tal. Fue un ejercicio de desobediencia civil a una sentencia injusta del TC.
¿Y cómo está viendo el juicio?
Después de ver las declaraciones de los acusados, lo que se comprueba es que es imposible demostrar que hubo violencia por parte de los más de dos millones de votantes. Afortunadamente hay muchos juristas que están denunciando eso. En todo caso, la violencia fue la ejercida por la fuerza policial.
Pero eso ya se sabía antes de la instrucción y aún así se asumió todo el relato de la Fiscalía.
Exactamente. Hay un uso completamente interesado del término violencia. Desde el punto de vista jurídico penal, es evidente que la violencia, sin el ejercicio de armas, sin ataque a personas, no la hubo. Pero se ha construido un relato aprovechándose también de la falta de información. No se han difundido los documentales de Mediapro, por ejemplo, en las televisiones de ámbito estatal. Entonces hay dos relatos en conflicto: uno basado en hechos reales y otro en una construcción ideológica que no se aguanta en un juicio justo.
¿Y qué piensa cuando ve a la Fiscalía por ejemplo sacando como argumentos tuits, retuits o manifestaciones?
Hay una tendencia a utilizar falsas pruebas. Y ni así. Se ha visto que no hay base jurídicopenal para esa enormidad de condenas que se piden. Y no hablemos del lugar de Vox como acusación popular, que es un escándalo internacional.
¿Para usted son presos políticos?
Sí, obviamente. Están presos por haber llevado a cabo lo que más de dos millones de personas también querían hacer. Lo que no se puede hacer es decir que se puede defender el derecho de autodeterminación pero cuando se quiere ejercer se impide...
¿Este hecho en qué lugar deja a España?
Le deja muy mal. Dicen "bueno, España es de las 20 democracias plenas del mundo". ¡Pues qué mal está la democracia en todo el mundo! Si realmente una de las presuntas 20 "democracias plenas" está aplicando el derecho penal del enemigo a los presos políticos, en lugar de buscar una solución política a través de la democracia, pues es que realmente la deriva autoritaria reaccionaria de todo el mundo también se está dando aquí.
¿Tiene esperanza de que realmente se haga justicia?
No tengo esperanzas en este Tribunal Supremo. La única confianza es que las penas no sean tan altas como las que se quieren pedir por parte de la Fiscalía y la acusación popular...
¿Piensa más en Estrasburgo?
En Estrasburgo, o bueno, que luego haya una potente movilización popular que exija la libertad y se consiga. Pero confiar, no confío. Sabemos cuál es este Tribunal Supremo, qué composición tiene, y no olvidamos el whatsapp de Cosidó sobre el presidente del tribunal. Trata de ofrecer una imagen garantista, pero ya estamos viendo las trabas que está poniendo a las defensas.
La mayoría de la izquierda española también se ha socializado en un nacionalismo español
¿Toda la izquierda española está sabiendo enfrentar bien el conflicto catalán?
Yo creo que no. El problema es que la mayoría de izquierda española también se ha socializado en un nacionalismo español que no ha reconocido la diversidad. Como máximo ha reconocido las naciones culturales, pero ha habido una resistencia a considerarlas también como sujetos políticos propios. Pero a pesar de eso al menos en Podemos e Izquierda Unida sí ha habido una denuncia de la situación de los presos políticos. Y les hace falta no dejarse intimidar por la derecha reaccionaria ni por un PSOE donde el nacionalismo español se ha instalado desde hace tiempo, como se ve en la vieja guardia.
¿A Pedro Sánchez le ha faltado valentía?
Exactamente. Esto de no atreverse a reconocer ni siquiera una figura de relator... Es realmente vergonzante. Debería dar vergüenza a cualquier militante del PSOE.
¿Qué espera de las elecciones del 28-A?
Están muy lejos todavía. Nada es descartable. Por lo tanto el reto para el PSOE va a estar de nuevo en la palestra. Lo que es evidente es que, si hay esa mayoría reaccionaria, no va a retroceder tampoco el soberanismo catalán. Yo creo que se va a ampliar más. No va a haber vuelta atrás.
¿Cuál sería el mejor escenario?
Que entre Unidos Podemos y las fuerzas independentistas tuvieran mayoría absoluta [ríe]
Es poco probable...
Ese era el escenario en el que incluso algunos pensábamos hace unos años. Ahora mismo el mejor escenario posible sería un ascenso electoral de las fuerzas independentistas catalanas, vascas y gallegas, que junto con Unidos Podemos sea capaz de forzar al PSOE a conformar una mayoría absoluta. Pero con el compromiso firme de abrir una mesa de diálogo y llegar a una solución política que pase necesariamente por un referéndum pactado.
¿Y hoy ve cerca esa solución política?
No, no la veo. Pero creo que estamos en un contexto de polarización política. Hay una radicalización de la derecha, pero también de otra parte de la sociedad española, representada fundamentalmente por el movimiento feminista. El feminismo no sólo está defendiendo los derechos de la mujer, sino que está confrontando abiertamente con el bloque reaccionario del artículo 155. Junto a ese movimiento, hay otros como los pensionistas o el derecho a la vivienda. La gran responsabilidad de la izquierda política es saber confluir con estos movimientos sociales para conformar un bloque social y político alternativo.
¿Por qué decidieron impulsar Madrileños por el Derecho a Decidir?
Veíamos que estaba anunciado un referendo y consideramos que podía haber una respuesta represiva por parte de del gobierno español. Y creíamos que hacía falta hacer oír la voz de un Madrid solidario. Hay otro Madrid.
¿Se imagina algo parecido al desafío catalán aquí en Madrid?
No a corto plazo. Pero no olvidemos que hay este movimiento en las universidades, una nueva generación que están denunciando abiertamente el papel que está jugando Felipe VI, que está planteando el derecho a decidir también sobre la forma de Estado. Y eso es esperanzador. Si lo de Catalunya sigue, si vemos que el régimen sigue encontrándose con esas contradicciones, si la figura del rey aparece cada vez más cuestionada, la crisis de régimen va a exigir una respuesta.
¿Qué esperan de la manifestación del sábado?
Lo que esperamos es fundamentalmente que, aunque es probable que la mayoría de personas venga de Catalunya o de otras partes del Estado, también se haga visible la presencia de un número importante de personas residentes en Madrid que comparten los mismos anhelos del pueblo catalán por su derecho a decidir.