Todavía no se sabe si el "otoño" será "caliente", como dice la nueva frase hecha, o si no lo será tanto. Pero ya lo fue el pasado otoño, y tuvo sus consecuencias en muchos ámbitos. La gran manifestación independentista de esta Diada se ha celebrado después de una proclamación de independencia suspendida y con la existencia de presos y exiliados políticos. En medio, la aplicación del artículo 155. Las circunstancias no han podido ser más excepcionales.

El mensaje, al menos para la entidad organizadora Assemblea Nacional Catalana, ha sido bastante claro. El mandato surgido del referéndum del 1-O, ratificado en la proclamación de independencia del 27-O, se tiene que implementar desde el Govern de la Generalitat. Los presos y los exiliados no pueden ser dejados de lado, pero tampoco pueden condicionar la materialización de la República.

Como se ha podido ver en la manifestación masiva de la Diada, el independentismo se encuentra, hoy, en pleno debate, incluso desorientado. El desconcierto, la frustración, la impotencia son sentimientos predominantes. Pero también hay optimismo e incluso esperanza. Los argumentos para asistir este año a la Diada eran muchos, y no todo el mundo ve las cosas de la misma manera. En cierta manera, la sociedad civil evidencia las mismas diferencias que sus representantes políticos. Pero con una unidad de acción que, al menos por la Diada, ha sido sólida.

El cuestionario, que han contestado varios asistentes a la manifestación de la Diada, consta de tres preguntas. La primera es si, un año después, a las puertas del primer aniversario del 1-O, ¿ven la República más lejos o más cerca? La segunda es sobre la prioridad: ¿liberación de los presos y retorno de los exiliados o implementar la República? Y la tercera es todavía más simple: ¿qué nota ponerle al Govern de Quim Torra? Quizás es la más simple de formular pero la más compleja de responder.

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Foto: Carles Palacio

"Simplemente se tenía que publicar en el DOGC"

Joaquim tiene 46 años y ha venido de la ciudad de Tarragona. Es muy pesimista respecto de la República. La ve lejos, muy lejos. "Ahora lo veo todo muy parado, demasiado parado", lamenta. "El 1 de octubre ya lo teníamos a tocar, simplemente era cuestión de publicarlo en el DOGC (Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya)", asegura. No duda en señalar como responsables "a los políticos que no lo hicieron". Entiende la "estrategia" de anteponer los presos políticos una vez se ha perdido la oportunidad del 27-O.

No se ve todavía con ánimos de poner una nota al Govern de Quim Torra. "No ha hecho nada todavía, no lo puedo puntuar", argumenta. Y remacha: "Ha hablado mucho pero no ha hecho nada, exactamente como Pedro Sánchez". No piensa que un acercamiento al nuevo gobierno español sirva de mucho.

"La DUI ya se ha visto que no servía"

Rosalia, en torno a la sesentena, también viene de las tierras de Tarragona. No se ha perdido ninguna Diada desde el 2012 y, a diferencia de Joaquim, es mucho más optimista con el escenario actual. "Lo que no podía ser era la DUI, que ya se ha visto que no servía. Ya se veía venir, pero se tenía que intentar para ver el resultado", afirma. Ahora ya descarta totalmente la vía unilateral. La estrategia, sigue, pasa por "ampliar la base". No duda de cuál es la prioridad: "Primero van los presos, es de cajón".

"Si los presos no tienen una sentencia adecuada, iremos a Europa, hasta que se reconozca que no cometieron ningún delito", sostiene. En el Gobierno de Torra le pone a un 6,5, porque "todavía no se ha podido lucir demasiado, no ha podido demostrar nada". Cree que acabará llegando un referéndum vinculante: "España no nos hará caso, pero si demostramos fuerza la Unión Europea sí que nos lo hará. No se lo puede permitir".

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Foto: Carles Palacio

"Los políticos catalanes no han sido honestos"

Dani, de 23 años y con una camiseta antifascista, ve la República "más lejos que hace un año pero más cerca que hace diez años". Si la ve más lejos que el año pasado es porque, justifica, "los políticos catalanes no han sido honestos, y eso ha alejado a la gente de los objetivos". Entiende la estrategia centrada en la libertad de los presos, porque aglutina a gente más allá del independentismo, pero advierte que eso no tiene que pasar por "bajar el listón y los objetivos".

A la hora de poner nota al president Quim Torra, le da un 1, porque lo identifica con "los convergentes" y cree que "no tiene que abanderar nada". Con respecto al conjunto de su Govern, "un dos o uno tres como mucho". También entiende el acercamiento al gobierno español, pero no lo comparte.

"El Govern está haciendo lo que corresponde"

Mercè, de 58 años, no se ha tenido que mover mucho: viene del barrio de Les Corts de Barcelona. No se ha perdido ninguna manifestación del Once de Septiembre y se la ve muy esperanzada. Ve la República más cerca que nunca. "Es un tema muy lento, pero acabará llegando. Nuestros hijos la verán", afirma. No considera que se tenga que diferenciar entre presos y República, porque "es todo un conjunto". Y se pone en la mente de los mismos presos: "Yo creo que ellos tampoco lo querrían".

Al Govern le pone una nota de 12 sobre 10. "Soy realmente optimista", admite. "Está haciendo lo que le corresponde y lo está haciendo muy bien. Se está jugando la cara y lo que no es la cara por todos nosotros", añade. Ve "necesario" el diálogo entre los dos gobiernos, porque la vía unilateral ha quedado descartada: "Tenemos que hacer un referéndum y lo tenemos que hacer con ellos".