La secretaria de Estado de España Global, Irene Lozano, ha manifestado en la clausura este viernes de un viaje de dos días a Francia, que ha constatado que la pérdida de credibilidad del aparato independentista catalán "es bastante evidente internacionalmente". "Después de muchos años de desinformación hay mucha gente que se ha dado cuenta de cuál es la realidad, de que la democracia española es impecable, una de las democracias más fuertes de Europa. Y no lo digo yo, lo dicen los rankings internacionales", ha indicado a la prensa española en la capital francesa.

Lozano se ha pronunciado así desde la embajada española en París después de reunirse en la capital con representantes de los principales medios de comunicación franceses. La visita de la responsable de España Global se ha producido después de que en el mes de septiembre un grupo de 52 diputados franceses reclamaron el fin de la represión y de las "medidas arbitrarias" contra los líderes independentistas catalanes encarcelados y en el exilio, en un pronunciamiento inédito.

Lozano se reunió el jueves con miembros de la Asamblea Nacional y del Senado franceses, a quienes explicó la visión del ejecutivo español sobre la situación en Catalunya "intentando desactivar las campañas de desinformación de cierto aparato independentista con los ataques a la reputación democrática de España".

Irene Lozano París EFE

En las vísperas de la sentencia del procés, Lozano ha expresado en Francia el compromiso de las autoridades españolas "con el estado de derecho y el respeto absoluto al trabajo de los jueces", y ha defendido "hasta qué punto en el juicio se han respetado las garantías de los acusados". Los intentos de desacreditar la democracia española, ha añadido, "han resultado yermos, y eso se traduce también en bastante fatiga informativa por parte de los periodistas y en pérdida de credibilidad".

El viaje de la secretaria de Marca España ha estado marcado además por el acto de despedida oficial de Francia de la mesa en la que el presidente español Manuel Azaña firmó en el exilio su dimisión como presidente de la República en 1939, y que irá en los próximos meses a España. Este pequeño escritorio se encontraba en la casa de la familia Griaule-Franzoni, en el pueblo francés de Collonges-sous-Salève, al lado de la frontera suiza, donde Azaña vivió entre febrero y en diciembre de 1939.