Silencio en Ferraz. Griterío en los territorios. La tregua ha acabado. El PSOE se enfrenta este sábado al comité donde se ratificará por unanimidad el 'no' a Mariano Rajoy. La posición se mantendrá hasta la ceremonia de investidura, seguramente a finales de julio. Hay división sobre qué pasará después. Una minoría querría que Pedro Sánchez lo intentara con Podemos y Ciudadanos y una mayoría no quiere anticipar si el futuro será la abstención. La agitación de las aguas ha permitido al secretario general soterrar el debate sobre la pérdida de 5 diputados respecto del 20-D. Los 85 actuales comprometen todo movimiento.

Durante esta semana Pedro Sánchez se ha encontrado con sus barones en la sede de la formación. Todos coincidieron en que el PSOE es la alternativa al PP y no pueden ejercer de muleta de este para que se mantenga en Moncloa. Consideran que le pertenece a Mariano Rajoy el turno de intentar la investidura, pero lo apresuran por la "lentitud" con que busca aliados. La voz discordante fue la del presidente la Junta de Extremadura. Guillermo Fernández Vara defendió unas "mínimas abstenciones" para dejar pasar los populares. Tras la reunión en Ferraz se unió el 'no' sin ambages al PP.

Zanjada la cuestión inmediata, la duda sobre si Sánchez debería intentar acuerdos con Podemos y C's reaparecerá en el comité federal. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y la líder del PSOE en las Islas Baleares, Francina Armengol, expusieron la teoría de que si Rajoy fracasa en la investidura "la Constitución indica que lo debe intentar la siguiente lista". Ambos son del parecer de mantener el 'no' hasta el final, junto con el líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, y la presidenta de la gestora del PSOE de Galicia, Pilar Cancela. Tudanca ve la abstención como "un suicidio".

Otro grupo de barones quiere permanecer en la oposición y huyen de los costes de tantear la investidura. El presidente de Aragón, Javier Lambán, propinó una descalificación a la propuesta de Armengol. "Es producto de la tramontana, que en determinadas épocas del año altera las mentes" llegó a afirmar.

La alternativa sobre asumir un gobierno con Podemos ha entrado en vía muerta. El presidente de Castilla - La Mancha, Emiliano García-Page, advirtió sobre "estirar el chicle" intentando un pacto con la formación morada y los partidos independentistas. "Esto no lo discutiremos tantas veces como para que acabamos fracturando el PSOE. Hay que tener cuidado, una cosa es tirar el chicle, otra cosa es retorcer la realidad y otra cosa muy distinta es tomar responsabilidad" sentenció el manchego. Page cree que estas actitudes generan desafección entre los ciudadanos y se deben zanjar.

La forma sobre cómo levantar la negativa al PP ha comenzado a perfilarse, en un intento por evitar nuevas elecciones. Las federaciones madrileña y vasca fueron las primeras en pasar por Ferraz. Sara Hernández, líder del Partido Socialista en Madrid, dejó en el aire la posibilidad de un segundo comité federal donde se debatiera esta posición. "Aventurar el futuro lo tenemos muy complicado. Hasta el sábado es un 'no' a Rajoy" respondió sobre la cuestión.

Sánchez ha destacado a lo largo de la semana por el silencio sobre las afirmaciones contrapuestas de sus barones. La estrategia de salir de escena entre sus gritos le ha permitido ahogar el debate sobre la quiebra electoral el pasado 26 de junio. La responsabilidad es compartida con Andalucía: dos de los diputados cayeron en la comunidad sur de España. La constatación se ha notado en la disminución de los decibelios de la presidenta andaluza, Susana Díaz. Díaz no ha presionado Sánchez tras una reunión corta y cordial. El liderazgo del madrileño será el orden del día más adelante.