El político socialista y uno de los redactores del delito de rebelión, Diego López Garrido, ha aceptado este domingo que las penas que comporta el delito de rebelión son "muy altas y desproporcionadas". En una entrevista en el Via Lliure de Rac1, ha relacionado el nivel de estas penas al hecho de que este delito había sido previamente vinculado al delito de rebelión.

En este sentido, se ha mostrado favorable a una reforma del delito, ya que "no tiene sentido que un delito contra el orden público tenga la misma pena que el homicidio". "Se ha sido consciente de la desproporción de las penas cuando se han aplicado a la realidad", ha apuntado, lamentando que ha sido "tarde". Por eso, ha animado a hacer una reforma que baje las penas "significativamente", aunque ha descartado una derogación completa del delito.

En caso de que se sacara adelante la reforma, esta se aplicaría retroactivamente y, por lo tanto, según ha explicado, se aplicaría "automáticamente" en el caso de los presos políticos catalanes, como se hace siempre que una reforma afecta beneficiosamente a los condenados anteriormente.