Idas y venidas de reproches entre los dos partidos socios del Govern, que de momento parece que no dejan el tema por cerrado. El estruendo que generaron las declaraciones del líder de los republicanos en Madrid, Gabriel Rufián, 24 horas después son, todavía, una llama encendida. Desde Catalunya ERC no dice nada, y ha estado este mediodía que Rufián se ha disculpado por sus formas en la intervención del martes, donde dio por buenos y criticó los supuestos contactos del entorno del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, a través de Josep Lluis Alay, con Rusia: "Son señoritos que paseaban por Europa reuniéndose con la gente equivocada porque así durante un rato se creían James Bond", dijo. Hoy después del alboroto se ha disculpado por sus formas, pero ha reiterado que hay que desmarcarse de cualquier intento de vinculación entre el movimiento independentista y la Rusia de Putin. Ha vuelto a dar por buenas las vinculaciones, y eso no ha gustado a Junts, que no está convencido con la respuesta.

 

"Junts valora la rectificación de las formas pero no dejaremos que quede ninguna duda sobre la actuación internacional del independentismo", ha apuntado al partido en una comunicación, después de que esta mañana misma el grupo de Carles Puigdemont haya registrado una petición de comparecencia de Rufián en la Comisión de Asuntos Institucionales de la Cámara "para informar sobre las acusaciones y las difamaciones que vinculan el independentismo con Rusia". Esta comparecencia que ha registrado esta mañana Junts fue anunciada ayer mismo por el presidente del grupo en el Parlament, Albert Batet, que en rueda de prensa reclamó a ERC que desautorice a su portavoz en el Congreso y pidió la comparecencia de Puigdemont y Rufián en el Parlament.

 

Rufián quita hierro

Hoy ha llegado finalmente la reacción de Rufián, a través de declaraciones en TV3 y Catalunya Ràdio, donde ha admitido que ayer se expresó "con contundencia" y ha insistido en pedir disculpas "por si esta contundencia molestó según quien". No obstante, Rufián ha argumentado que la situación requiere de esta contundencia, porque se están jugando "la credibilidad del movimiento independentista". En este sentido ha defendido que la política internacional del independentismo "tiene que ser siempre con democracias occidentales", y que de ninguna manera tiene que haber vinculación con el Kremlin, "y menos ahora".

 

Dicho esto, y ante la guerra abierta con Junts per Catalunya por esta cuestión, Gabriel Rufián ha querido quitar hierro: "La diversidad entre socios de gobierno es el presente y el futuro de la política. Las discrepancias son normales y las tenemos que vivir con absoluta normalidad". Y ha vuelto al punto de origen. "De ninguna manera tenemos que permitir que vinculen un movimiento democrático y pacífico con un sátrapa como Putin. Si eso pasa, tenemos que actuar contundentemente, que todo el mundo entienda que las imágenes de civiles muertos, incluido niños y niñas, es muy duro". Preguntado sobre si actuó como un verso libre, se ha limitado a decir que él es "representante de un proyecto colectivo".