César López, el guardia civil que asistió a Daniel Baena en la redacción de todos los atestados de la investigación contra el procés se ha rebelado hoy a preguntas de Cristóbal Martell y Fermín Morales. Las defensas de Pere Soler y César Puig han querido dejar claro que en ningún caso dieron órdenes operativas al cuerpo, ni al mayor Josep Lluís Trapero ni al resto de mandos.
Las preguntas de los dos abogados han protagonizado el tramo final de la declaración de López, que estuvo toda la jornada de ayer respondiendo a preguntas e intentando implicar a Trapero durante un relato desordenado y con muchos altibajos. Olga Tubau lo centró, y hoy Martell y Morales han querido rematar el trabajo.
Cristóbal Martell le ha apretado las clavijas repasando los correos electrónicos donde se demuestra que no llegaron órdenes de los cargos políticos y que, en muchos de los casos, Pere Soler recibía la información una vez esta ya estaba aprobada por la prefectura y puesta en marcha.
César López ha querido torear a Fermín Morales, pero el abogado se ha cuadrado. Una vez más ha puesto sobre la mesa que César Puig, secretari general de Interior, necesitaba saber cuál era el dispositivo para dotarlo de los medios necesarios y la partida económica que requería porque comportaba más vehículos, helicóptero y horas extra.
César López, mano derecha de Daniel Baena, Tácito, y procesado pero absuelto por un delito de torturas, empezó su declaración el martes con la clara voluntad de demostrar la connivencia entre Mossos y Gobierno para sacar adelante el procés independentista. Con el documento Enfocats como prueba de cargo, intentó demostrar que el mayor Josep Lluís Trapero formaba parte del organigrama y que accedió al cargo justamente para hacer posible la DUI. Pero en su relato desordenado a preguntas de la Fiscalía llegó a confundir al teniente fiscal Miguel Ángel Carballo. Al final admitió que quizás Trapero no era consciente de que estaba asesorando al Gobierno y que todo lo que tenían contra él era teórico y que no hay indicios.