La sesión de este martes ha sido de las más extrañas que ha habido hasta ahora en el juicio al major Josep Lluís Trapero y a la cúpula de los Mossos. El teniente fiscal Miguel Ángel Carballo ha querido forzar la implicación de Trapero y la connivencia con el Govern a partir del documento Enfocats. Pero el testigo, aunque venía aleccionado, iba tan forzado que ha chirriado.

Hasta el punto, que, sin darse cuenta de ello, ha acabado exculpando al major cuando ha dicho que "no era consciente" de que estaba asesorando al Govern para tener el control del territorio necesario para hacer la DUI.

 

 

El Enfocats ha vuelto a salir hoy de un cajón para plantarse sobre la mesa del juicio y se vuelve a mostrar como la gran prueba de cargo contra el cuerpo de los Mossos d'Esquadra. Según la mano derecha de Daniel Baena, que dirigía la investigación, la hoja de ruta independentista pretendía provocar un conflicto económico, jurídico y social, y los Mossos eran una pieza clave, "primordial", ha subrayado el mismo fiscal. Con los Mossos se tenía que garantizar el control de todo el territorio.

 

El fiscal ha intentado volver a sacar el mail que envía Carles Puigdemont a Trapero y el comunicado del major a todo el cuerpo ordenando que todo lo referente al referéndum pase por él, pero la magistrada Concepción Espejel le ha llamado la atención porque la prueba no está admitida.

Buscando entre su documentación, Miguel Ángel Carballo ha querido centrar parte del interrogatorio en un correo que supuestamente envió a Pere Soler y que habría modificado el plan de actuación de los Mossos. Pero el fiscal ha sido incapaz de localizarlo en el sumario. Eso ha provocado uno de los momentos delirantes de la sesión de hoy con un Carballo leyendo de su móvil el documento. Un hecho inusual y que no se entiende, ya que tiene encima de la mesa su tableta con toda la documentación y que ha generado la duda de si estaría recibiendo mensajes de Daniel Baena.

 

 

El juicio ha proseguido, pero después se ha detenido y durante la pausa se ha buscado el correo que, aunque aseguran que está en la causa, no lo han encontrado.

Buena parte del interrogatorio ha sido muy valorativo, entrando a detallar aspectos que interesan a la acusación, como ahora que los Mossos el 1-O no actúan y siempre dicen "hay mucha gente, no podemos actuar", como prueba de inacción, o de supuestos seguimientos a policías españoles, como prueba de connivencia con el Govern. La declaración, sin embargo, ha sido caótica. Se ha perdido tanto el fiscal como el testigo, en algunos momentos.

La mano derecha de Baena ha ido lanzando detalles como sembrando un campo de minas. Sin concretar mucho, pero dando detalles que no ayudan a las defensas, como por ejemplo que las peticiones del 20-S para reforzar la seguridad en la calle durante el registro en el Departament d'Economia no se atendieron o que Trapero expuso cambios en el plan, confundiendo constantemente el plan Ágora con el plan de actuación del 1-O.

Los otros testigos del día

Las primeras declaraciones de la mañana han sido fugaces. Una frase ha dicho el primer testigo. Era el guardia civil que hizo el informe sobre el estado de los vehículos de la Guardia Civil que estuvieron delante del Departament d'Economia el 20-S: "Muchas pegatinas y destrozos en general".

 

El guardia civil que hizo el informe sobre los audios del CECOR de Reus también ha declarado hoy sin aportar nada relevante.