El pleno del Parlament ha evidenciado un cambio del clima político. Algunos diputados lo atribuyen al reflujo de tensión que ha generado la puesta en marcha de la legislatura después de la irritación acumulada desde el día siguiente del 27 de septiembre. Otros señalan el talante del nuevo president, Carles Puigdemont. La mayoría lo atribuyen a una mezcla de todo.

Citas con la oposición

Lo cierto es que el Parlament se ha puesto finalmente en marcha con el nuevo president y el nuevo Govern sentados en la primera fila. La convocatoria se ha visto precedida por una llamada la pasada semana de Puigdemont a cada uno de los presidentes de los grupos de la oposición. Una conversación breve para emplazarlos a una entrevista que se programará para la próxima semana en el Palau de la Generalitat.

Las llamadas telefónicas se están convirtiendo últimamente en un curioso termómetro. Y Puigdemont quiso quedar bien. De hecho, le ha dado resultado si se tiene en cuenta las felicitaciones al nuevo Govern que se escucharon ayer desde escaños tan poco receptivos como los de Ciudadanos, o el PSC.

Cosas bárbaras

El president, además, ha querido demostrar un talante propio y dibujar un perfil diferente al de su predecesor, Artur Mas. Le ha ayudado la desenvoltura en sus réplicas parlamentarias, en las que no evita intervenciones muy directas.

“Estos días, yo, sobre mí y sobre mi mujer, he leído cosas muy bárbaras. Desde que si tengo el pelo largo porque me tapo una cicatriz que no tengo... ¿Pero, qué quiere? ¿Que le desmienta cada barbaridad que se dice de mi persona? ¡No doy abasto! –reprochó a la oposición–. Por lo tanto, le pediría, por favor, por respeto personal, que si quiere saber alguna cosa que afecte a mi vida, me lo pida”.

Proceso constituyente

De hecho, las réplicas a las críticas sobre el currículum y la carrera del president concentraron algunos de los escasos momentos de tensión en el hemiciclo.

Precisamente en un pleno que tuvo que aprobar las nuevas comisiones parlamentarias, incluida la del proceso constituyente, que recibió los votos a favor de Catalunya Sí que es Pot. La condición de este grupo para apoyar la comisión fue que fuera de estudio y no legislativa, y que no llevara el nombre de "Transición Nacional" ni se remitiera a la resolución de ruptura aprobada el 9 de noviembre.

A partir de aquí, CSQP piensa dar mucho relieve a esta comisión, tanta que enviará a formar parte a sus máximos responsables, el presidente, Lluís Rabell, y el portavoz, Joan Coscubiela. Ni siquiera el PSC descarta sumarse a los trabajos una vez se concreten las líneas de trabajo.

Millo, presidente

Por lo que respecta al PP, no sólo enviará al portavoz Enric Millo y, posiblemente, a la diputada Andrea Levy a esta comisión de estudio sobre el Procés Constituent, sino que el propio portavoz popular aseguraba con socarronería en los pasillos del Parlament que se plantea reclamar la presidencia.

Hoy habrá una reunión informal de los portavoces de los grupos para decidir cómo se reparten las mesas de las 22 comisiones que se crearon ayer al Parlament.

Negociaciones 'in extremis'

El otro centro de atención de la jornada fueron las conversaciones entre los responsables de JxSí y sus interlocutores cuperos para intentar evitar el jarro de agua fría que habría representado para el grupo del Govern quedar en minoría en el primer pleno después del acuerdo de estabilidad.

El objeto de preocupación era la iniciativa impulsada por la oposición en bloque para recuperar la paga extra de los funcionarios correspondiente al 2012. Finalmente, a media mañana y después de las negociaciones con los sindicatos, se consiguió transaccionar un texto con todos los grupos para repartir en tres años este retorno de la paga extra.

El acuerdo, sin embargo, se dejará sentir en otros capítulos del maltrecho presupuesto, como se lamentaba más de un conseller.

 

Rovira (ERC) con los cupaires Salellas i Serra / SERGI ALCÀZAR

Junqueras tantea Economia

Aparte del pleno, los nuevos consellers y secretarios generales concentraron buena parte de la atención en los pasillos de la Cámara. Uno de los que atrajo los focos fue el vicepresidente Oriol Junqueras.

El líder republicano, que piensa desplegar su actividad entre la conselleria de Economia en la Rambla Catalunya y las dependencias de Vicepresidència en la plaça Sant Jaume, se ha sumergido ya de lleno en sus nuevas responsabilidades en el Ejecutivo.

Consejo técnico

Junqueras se ha estrenado esta semana en la reunión del consejo técnico –el cerebro donde se debate y decide todo lo que tiene que pasar por Govern–, pero también ha empezado a poner en marcha las competencias en el área de Economia que encabeza.

En este sentido ha celebrado ya reuniones de esta área con los secretarios generales para abordar temas concretos, como el nuevo ramal de la línea 9 del metro de Barcelona o bien sobre en el canal Segarra-Garrigues. Incluso ha convocado departamentos que no forman parte de su área.

Reforma horaria

Todo ello, mientras el Govern ultima su organigrama y los consellers solicitan aparecer ante el Parlament para explicar los ejes de trabajo de sus departamentos. Eso sí, con horario europeo, porque una de las novedades en el parque de la Ciutadella con la incorporación del diputado Fabián Mohedano ha sido adoptar la reforma horaria y reanudar la sesión de la tarde a las tres y cuarto.

(FOTO: Junqueras y Puigdemont en el pleno del Parlament / SERGI ALCÀZAR)