El presidente en el exilio, Carles Puigdemont, ha aprovechado su viaje a Argelers con motivo del Congreso de Junts, formación que hasta este sábado presidía, para echar un vistazo al otro lado de la frontera, territorio que hace casi cinco años que no pisa. Tal como ha explicado este domingo en un mensaje compartido con sus seguidores de Twitter, desde la costa del Roselló, Puigdemont ha podido ver la sierra del Albera (Pirineos) y, un poco más allá, el Cap de Creus (Alto Empordà). Su reflexión, teñida de nostalgia, ha culminado también con un mensaje de esperanza: "Esta mañana, la mediterránea está más luminosa y calmada. Volveremos", ha concluido.

El fin de una era

Un contundente Carles Puigdemont ha aprovechado este sábado en Argelers su último discurso como presidente del partido para cargar contra el Estado español que sistemáticamente "castiga" a los catalanes, pero también contra la estrategia de negociación de Esquerra, a quien no ha citado en ningún momento. Puigdemont ha denunciado tanto el maltrato sistemático del Estado contra Catalunya como la anormalidad que representa el hecho de que su partido tenga que celebrar el congreso en la Catalunya Norte mientras se mantiene el exilio, y ha advertido que "el principio de realidad obliga a hacer política asumiendo y partiendo de esta anormalidad". "Nada es más irresponsable, fantasioso, mágico, que hacer la política de los tiempos normales con tiempo de tanta gravedad como ahora vivimos desde hace 5 años", ha sentenciado en un discurso que ha hecho vibrar el auditorio con constantes interrupciones.

En este punto, y sin citar en ningún momento explícitamente la formación republicana, ha descrito esta actitud "de tiempos normales" como la política del avestruz, de engañarse, hacerse el sordo, diciendo que las cosas van bien, seguro de que habrá buenos resultados. "Es normal que haya quien piense 'no quiero vivir tantas angustias y me instalo en la anormalidad', unos dicen reconciliación, pacificación, que me permita ir tirando. Quizás eso puede ser útil si lo que se busca es fortalecer determinado partido, que tenga como objetivo priorizar el bienestar de sus cuadros, pero eso tiene consecuencias catastróficas para los ciudadanos", ha reprochado. Seguían el acto, entre los invitados al congreso, la exconsellera Alba Vergés, la diputada Raquel Sanz y el vicesecretario de comunicación de ERC, Oriol Lladó.