Si los miembros de la cúpula del PDeCAT que se veían afectados por las incompatibilidades que marca el reglamento del partido hubieran abandonado el escaño en el Parlament para mantener su sitio en la comisión ejecutiva del partido, ERC habría ganado tres diputados en el grupo de JxSí, uno por Barcelona, uno por Girona y uno por Tarragona. Los mismos que habría perdido el PDeCAT.

Esta es una de las razones, según fuentes próximas a los diputados, por la cual los tres miembros de la cúpula demócrata han anunciado hoy que renunciaban a formar parte de la dirección del PDeCAT. Se trata de Montserrat Candini, alcaldesa de Calella; el alcalde de Valls, Albert Batet, y el alcalde de Besalú, Lluís Guinó. Los tres compaginan esta responsabilidad con el escaño en el Parlament, y el reglamento de la formación impide acumular más de dos cargos institucionales u orgánicos. Se trata de una enmienda de las juventudes del partido al reglamento que se negoció hasta altas horas de la noche durante el agitado congreso fundacional del PDeCAT.

Esta enmienda se ha convertido desde un primer momento en una fuente de tensión dentro de la formación. Ha sido un elemento de presión contra la nueva dirección, que encabeza Marta Pascal, por parte de familias y sectores del partido que todavía no han cerrado las heridas que dejó abiertas el congreso fundacional.

Aunque el Reglamento prevé que la comisión de Calidad Democrática pudiera plantear excepciones a estas incompatibilidades, en las puertas del primer consejo nacional que se celebró a finales de noviembre pasado, ya surgieron voces apuntando que se reclamaría una respuesta de la dirección en relación a este tema. Cuando el PDeCAT prepara una nueva reunión del consejo nacional este sábado, han vuelto a surgir las mismas voces en el mismo sentido.

El hecho de que la consellera de Presidencia, Neus Munté, haya renunciado recientemente a su escaño en el Parlament no ha hecho más que atizar todavía más la polémica.

Ante esta perspectiva, la dirección del PDeCAT decidió ayer de manera colegiada -y por sorpresa- acordar la renuncia de cuatro de sus doce miembros, los tres alcaldes y la directora general de Coordinación Interdepartamental del Govern, Elsa Artadi, afectada por la incompatibilidad absoluta que se contempla para los altos cargos de Govern. En total, un tercio de la dirección.

Con todo, este movimiento, que ya ha empezado a provocar agitación en el territorio y en el mundo municipal y que afecta a dos de los dirigentes de mayor confianza de Puigdemont en la dirección del partido -Batet y Guinó-, no quedará ratificado hasta acabar la reunión del consejo nacional del sábado.