La CUP vuelve a plantar Pere Aragonès. Y es que la formación anticapitalista no ha escondido su postura crítica con la gestión que ha hecho el Govern durante esta legislatura. Si hace dos semanas renunciaban a visitarse con el presidente de la Generalitat después de la detención de cuatro activistas por el derecho a la vivienda, ahora, los cupaires han anunciado que no asistirán a la conferencia que el presidente de la Generalitat ofrecerá esta tarde en el Museo de Arte Nacional de Catalunya (MNAC). La razón: no comparten "la dinámica que está emprendiendo el Govern y que se aleja cada vez más del acuerdo de investidura y de los compromisos del inicio de la legislatura".

En este sentido, los anticapitalistas aseguran que siguen exigiendo a Aragonès que pase "de las palabras a los hechos". "Y que trabaje para volver a la esencia del 14 de febrero, poniendo un horizonte claro hacia el referéndum de autodeterminación y priorizando los intereses de la mayoría de la población", han avisado. A pesar de la decisión, la CUP no perderá de vista la conferencia. Al contrario: estará plenamente pendiente de los anuncios que haga el presidente de la Generalitat y seguirá trabajando para que esta legislatura "se convierta en el nuevo ciclo político que el país lleva tiempo reclamando".

El comunicado de los cupaires también hace referencia a la postura de la formación con respecto a la gestión del Govern durante esta legislatura. Las discrepancias se han visibilizado claramente en el desacuerdo por los presupuestos, que la CUP votó en contra, y con respecto a los Juegos de Invierno, que los anticapitalistas rechazan frontalmente. Así, los cupaires han sido tajantes, asegurando que el actual Govern "no ha dado bastantes pasos adelante para impulsar cambios sustanciales que supongan una ruptura con las políticas de la 'sociovergencia' de los últimos 30 años y que sigue estancado en un marco de pasividad ante el gobierno del Estado y de seguidismo a los intereses de la patronal y Foment".

ERC, Junts y PSC, presentes

Por contra, quienes sí que estará en la conferencia de Aragonès serán las dos formaciones del Ejecutivo catalán (ERC y Junts) y el principal partido de la oposición, el PSC. Así, los republicanos han informado que se podrán ver las caras de los principales nombres del partido, como el exvicepresidente Oriol Junqueras, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, y la portavoz, Marta Vilalta. De sus socios de gobierno, habrá una delegació una delegación de los consellers de Junts, así como la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Sànchez, entre otros. Finalmente, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, también acudirá: ya confirmó su asistencia de manera pública durante la última sesión de control al Govern.

Conferencia de país

El acto en el MNAC coincide con el primer aniversario de las elecciones en el Parlament del 14-F, que consolidaron una mayoría absoluta independentista en Catalunya. Aragonès aprovecha esta fecha para abordar, según fuentes de presidencia, cuestiones que afectan a la gestión del Govern, pero también su propuesta sobre cómo avanzar en el procés de independencia de Catalunya. No es, sin embargo, una conferencia dirigida exclusivamente al independentismo, sino a la Catalunya entera, a la cual ya se refirió el martes durante la sesión de control en el Parlament cuándo instó al independentismo a hablar menos de sus problemas y más del país.

Aragonès tiene intención de plantear una conferencia de país, según fuentes de presidencia, centrada en los retos del Govern pero también en la necesidad de reforzar los principales consensos sociales y políticos. Dirigida al conjunto de la ciudadanía, con la voluntad de buscar complicidades y explicar el momento que vive el país y las perspectivas de futuro, aseguran estas fuentes que adelantan que el presidente planteará sus propuestas en cuestiones como la lengua, el fin de la represión o el compromiso democrático, pero también en cómo "seguir avanzando" en el camino hacia la independencia. De hecho, insistirá en la apuesta por la necesidad de una estrategia compartida por parte de la mayoría independentista, con referencias al proceso de negociación, a la actitud del Estado con respecto al conflicto político con Catalunya, y a lo que desde la plaza Sant Jaume se describe como la "voluntad mayoritaria" de votar un referéndum de autodeterminación, así como a favor de la amnistía.