La política de confrontación que promueve la CUP no se circunscribe exclusivamente a declaraciones de intenciones relacionadas con la independencia, sino que se concreta en apuestas decididas que exploren la desconexión del Estado por la vía de los hechos. Un ejemplo claro es la demanda de los anticapitalistas en el Govern de la Generalitat para que "no se limite a verlas pasar" y actúe "de manera soberana" iniciando contactos para hacer efectiva "la compra de las vacunas rusas, chinas o cubanas".

Durante una rueda de prensa este lunes en el Parlament, los cupaires han puesto el acento en esta propuesta como "medida de confrontación con el Estado español y la UE, que se niegan a mirar más allá de los bloques comerciales", a la vez que cierran los ojos "a los abusos de las farmacéuticas". Así lo ha verbalizado Jordi Trapé, concejal de los anticapitalistas en Manresa y farmacéutico encargado de la sectorial de sanidad del partido.

Ante la evidente falta de vacunas, la CUP plantea al ejecutivo catalán que, como han hecho Madrid o Alemania, se salte las barreras de la UE para "negociar de tú a tú con las empresas farmacéuticas" y tratar de conseguir vaccinias "acreditadas como efectivos". Es el caso de la Sputnik rusa o la Sinovac china.

Expropiar la patente

En paralelo, la formación independentista considera "imprescindible una expropiación de la patente" de la vacuna a las farmacéuticas, porque "no se puede afrontar una pandemia global con vacunas para unos pocos, para los países más ricos." "Hacer renunciar a las patentes y la propiedad intelectual es un paso fundamental", defienden. Asimismo, mantienen que hay los mecanismos legales que lo posibilitan, como la sustitución por un genérico o la expropiación directa.

Asimismo, la CUP denuncia la "guerra sucia" entre Astra Zeneca y la Unión Europea, que "ha generado sombras sobre la vaccinia que más se ha puesto en nuestra casa". En este sentido, exigen que si los expertos han dicho que "la vacuna es segura para todas las franjas de edad, hace falta que se reprenda" la vacunación en toda la población con AZ.

El personal esencial

Mientras todo eso no llega, los anticapitalistas piden al gobierno que revise el plan de vacunación establecido, porque detectan "carencias graves con respecto a los criterios". Sobre este punto, se quejan de que a la hora de determinar al personal esencial se podría haber afinado mucho más. Por ejemplo, sin excluir trabajadoras de domicilios, cajeras de supermercados o conductores de transporte público. Toda una serie de colectivos que no pararon durante la primera ola de la pandemia y que la CUP considera que había que priorizar antes que directivos de centros hospitalarios o trabajadores en el ámbito de la investigación.

Todavía sobre la administración de la vacuna, los cupaires creen que la campaña de comunicarse con la ciudadanía para convocarlos para la vacuna a través de un mensaje de móvil genera una brecha social e insisten en que es indispensable que sea la atención primaria quien coordine la campaña de vacunación contra la Covid.

 

En la imagen principal, la vacuna Sputnik. / EFE