La CUP apuesta estratégicamente por tejer complicidades con EH Bildu, aprovechando el tirón electoral que puede suponer el retorno a la escena política de Arnaldo Otegi, y preconiza para Catalunya canales fluidos de relación con las fuerzas de izquierda "rupturistas" que puedan sumarse al independentismo, entre las cuales En Comú Podem.

Estas estrategias figuran en el documento político de la asamblea nacional de la CUP celebrada el domingo pasado, cuando ya trascendió parte del contenido del mismo, que instaba a "liberarse" del acuerdo con Junts pel Sí (CDC y ERC) en el Parlament y descartaba avalar unos presupuestos que no incluyeran la desobediencia.

El documento completo hecho público hoy, de 57 páginas, analiza el recorrido realizado por la CUP hasta el presente, radiografía la situación actual en Catalunya, al conjunto de España y a Europa, y fija las estrategias delante de los escenarios del futuro.

Irrupción de Podemos en el Estado

En el marco español, el partido antisistema catalán reconoce que la irrupción de Podemos, sumada a la histórica Izquierda Unida, contribuye a "renovar y actualizar la propuesta de izquierdas" sin embargo "manteniendo como criterio la unidad del Estado y sin abanderar propuestas anticapitalistas".

En este sentido, la CUP descarta que el ascenso del partido de Pablo Iglesias pueda dibujar, a partir del 26 de junio, un escenario diferente de un "Estado prisión de pueblos", que "difícilmente asumirá un proceso de ruptura".

En este contexto, la formación anticapitalista apuesta por "seguir tejiendo complicidades con EH Bildu", porque la candidatura de Arnaldo Otegi a lehendakari "puede cristalizar en la apertura de un frente independentista mayoritario" en Euskadi que "retroalimente el catalán y coloque el Estado en una posición de todavía más blindaje político y aumento de la represión".

Hegemonía de izquierdas

El documento deja claro que el objetivo "principal" de la CUP es "situar la desobediencia y la unilateralidad en el centro de la acción política, para conseguir la ruptura nacional y social, es decir, la independencia plena". Y para eso ve necesaria una "hegemonía de izquierdas en el bloque independentista", por lo que apuesta por tejer alianzas con "la izquierda rupturista" dentro y fuera del parlamento catalán.

Así, la CUP apuesta por canales de comunicación "fluidos" con "En Comú, Podem y otros espacios de izquierda", con la finalidad de "sumarlos al proceso de ruptura y al proceso constituyente". Y más aún cuando Ada Colau tiene intención de articular un nuevo espacio político. 

En cambio, la asamblea de la CUP considera que no se tiene que "someter" su actividad parlamentaria a "necesidades políticas de Junts pel Sí (CDC y ERC) ni del Gobierno", sino encaminarse a condicionar políticas hacia la izquierda. Es más, la ponencia política expone que los cuperos tendran que "explotar las contradicciones existentes" en JxSí. Por lo tanto, la estrategia de la CUP tanto dentro de cómo fuera del Parlament pasa por los siguientes puntos:

  • La CUP tiene que trabajar para conseguir un Gobierno que haga efectiva la declaración de ruptura del 9N. Habrá que intensificar tanto presiones y fiscalización como colaboraciones y mano extendida para conseguir la aplicación de medidas ejecutivas fundamentales como la creación de una banca pública y una hacienda propia, la articulación de un cuerpo de trabajadoras y trabajadores públicos, la aplicación de medidas emanadas de la legitimidad popular y la desobediencia a las imposiciones de la legalidad española.
  • La CUP tiene que luchar por un Parlament soberano e insumiso. Hay que forzar la adopción de iniciativas legislativas que garanticen la desconexión y que sumen adhesiones al proyecto republicano dando respuesta a las necesidades de nuestro pueblo en temas fundamentales como vivienda y ley hipotecaria, ley educativa, ley de salud, ley de seguridad y protección social...
  • Explotar las contradicciones existentes en Junts pel Sí y poner en marcha una dinámica de trabajo y alianzas con la izquierda parlamentaria.
  • Establecer canales de comunicación fluidos con el espacio de En Comú, Podemos y otros espacios de izquierdas, con el objetivo de sumarlos al proceso de ruptura y al proceso constituyente, así como explorar estrategias conjuntas de cara a la recuperación de los servicios públicos y los derechos sociales.
  • Trabajar para articular una mayoría social de izquierdas que pueda acontecer hegemónica a corto o medio plazo tanto en un escenario de proclamación de la República Catalana cómo de prolongación de la situación actual. 
  • No someter nuestra actividad parlamentaria a las necesidades políticas de Junts pel Sí ni del gobierno, sino encaminarla a condicionar sus políticas hacia la izquierda. En ningún caso se apoyarán, ni por activa ni por pasiva, votaciones ni medidas de carácter antisocial, recortes, privatización de servicios públicos, conciertos privados, etc.
  • Impulsar espacios de debate, participación y movilización para combinar la tarea parlamentaria con la lucha en la calle, promoviendo luchas que se retroalimenten, situando el peso de la acción política más allá de las puertas del Parlamento donde hará falta, sobre todo, centrarse en la lucha ideológica.

Herencia del franquismo

El documento proclama que el Estado "heredado del franquismo es irreformable", para el que no hay "transformación social posible" sin una "ruptura democrática", que pasa por "la conquista del derecho a la autodeterminación y la independencia de las naciones ocupadas".

Con reiteradas apelaciones a la desobediencia, la ponencia indica que los diputados del Parlamento no tendrían que dejar sus atribuciones ni siquiera en el caso de una suspensión de la autonomía catalana, sino que tendrían que seguir aplicando la hoja de ruta avalada por las urnas el pasado 27 de septiembre. "Todo lo que no sea desobedecer la ley española (obedecer a la catalana) nos debilitará y reforzará el Estado", concluye el texto.