A las diez de la mañana del pasado martes, Junts per CatalunyaERC y la CUP debían firmar un acuerdo para la investidura. Sin embargo, un cuarto de hora antes, el presidente del Parlament, Roger Torrent, decidió aplazar el debate de investidura. El documento, que quedó sin firmar, establecía que se iniciaba el proceso constituyente después de investir Carles Puigdemont.

Lo ha hecho público este viernes la CUP, que ha aclarado que no era un acuerdo de gobierno, sino un acuerdo programático, "sólo unos puntos" que la CUP ponía sobre la mesa para la investidura de Puigdemont y que el resto de formaciones de la mayoría independentista aceptaban.

El documento, que antes la CUP ha difundido entre su militancia, tiene cuatro páginas y contiene toda una batería de medidas políticas que siguen su idea de "materializar la República". Entre estas medidas está la formación de una "asamblea constituyente provisional", que estaría formada por los diputados del Parlament y por representantes del mundo municipal.

 

Esta asamblea constituyente, según el documento, se formaría "a partir del día siguiente de la composición del nuevo gobierno" y se encargaría de "elaborar y desarrollar la metodología del Proceso Constituyente". Este órgano promovería el llamado "Foro Social Constituyente", que recogería las propuestas emanadas de los debates constituyente. Estas propuestas serían sometidas a consulta popular a través de un "multi-referéndum". Las decisiones serían recogidas por un nuevo Parlament surgido de unas elecciones constituyentes.

En el acuerdo de la mayoría independentista también figuraban otros pactos que ya habían sido anunciados, como la nacionalización de Aigües Ter Llobgregat (ATLL), que fue privatizada en 2012 y está en proceso judicial, o la "no renovación de las escuelas e instituciones que segregan por cuestión de sexo". El documento garantiza que "durante los años de la presente legislatura no se hará ningún concierto con los centros educativos que segregan por cuestión de sexo".

El documento publicado este viernes era un borrador con el que se trabajaba la víspera del debate de investidura, previsto para el pasado martes a las tres de la tarde. Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y la CUP habían quedado en que se verían el martes a las diez de la mañana para ratificarlos. Pero a las diez menos cuarto compareció Roger Torrent desde el despacho de audiencias para anunciar el aplazamiento sin fecha del pleno.