La ruptura del Govern de la Generalitat se ha evidenciado este miércoles, por primera vez, en el Parlament de Catalunya. Los diputados de Junts per Catalunya se han enfundado el traje de oposición ya en la primera votación que se celebraba en la cámara catalana. Hasta el punto de abstenerse en un proyecto de ley del Govern, el Pla Estadístic de Catalunya, que había elaborado el Departament d'Economia cuando estaba en sus manos y que el conseller Jaume Giró había defendido el pasado mes de mayo delante del hemiciclo, en el inicio de la tramitación parlamentaria. Esta abstención ha sido clave para que el Govern se quede solo en su primera ley tras el divorcio. Era la votación final, la mayoría de grupos han cambiado de sentido y la norma ha sido tumbada por 33 votos a favor (los de ERC), 59 en contra y 39 abstenciones.

El proyecto de ley buscaba "potenciar el papel y la calidad de la estadística oficial". Pero pronto se ha constatado, durante el debate parlamentario, que la cosa iba más allá de su contenido. En su intervención, el diputado de Junts, Joan Canadell, ha denunciado que "no sabemos hacia dónde va" el nuevo Govern y que, en lo que llevamos de legislatura, "los departamentos de ERC han demostrado que la independencia no es exactamente su prioridad". Y, a falta de cuestión de confianza, Canadell ha planteado las votaciones parlamentarias como un plebiscito: "De la vía amplia al Govern débil del 21%. Hoy veremos en votaciones reales si el apoyo es realmente del 80%". Aunque ha dicho que "técnicamente es una ley votable", no lo han hecho.

 

El resultado de la votación ha sido un reflejo de la realidad que vive el nuevo ejecutivo. Solo han votado a favor los 33 diputados de Esquerra Republicana. Junts por Catalunya y la CUP se han abstenido, impidiendo su aprobación. Y el resto de formaciones (PSC, comuns, Ciudadanos, PP y Vox) han pulsado el no. Todo esto a pesar de que el proyecto había llegado al pleno desde la comisión sin enmiendas vivas y con el apoyo unánime de todos los grupos —también el de Junts— excepto la extrema derecha de Vox.

ERC ha considerado "incomprensible" el giro del conjunto de la oposición en esta iniciativa. Los republicanos instan a estas formaciones, a quienes acusa de “tacticismo estéril”, a “hacerse útiles en las votaciones en el Parlament a partir de ahora para generar herramientas y recursos al servicio de la gente”. Defienden que este proyecto era "esencial para seguir modernizando, garantizando el buen trabajo e incrementar la transparencia del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), un organismo puntero de investigación y evaluación de políticas públicas".

Más votaciones

Esta votación no supone un gran drama para el Govern, pero vendrán muchas más. Este jueves se votarán varias mociones en el Parlament que también pueden evidenciar la soledad del nuevo ejecutivo. Como una del PSC por la situación del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, donde los socialistas denuncian las injerencias políticas en el cuerpo policial. Junts per Catalunya no ha aclarado qué va a votar, pero su grupo ha registrado enmiendas al texto con la posibilidad de aprobarlo. Por una parte, quieren salir "en defensa" de la policía catalana, pero por la otra quieren señalar al conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, a quien reclaman explicaciones.

Aragonès: "Las mayorías existen"

Antes de la votación, este miércoles por la mañana, ha habido una comparecencia del president Pere Aragonès para informar de la remodelación del Govern después de la salida de Junts. Después de lamentar la salida de sus exsocios, que asegura no entender, les ha instado a "abandonar cualquier tentación de bloqueo" y llegar a acuerdos para sacar adelante la legislatura "medida a medida", tanto para aprobar presupuestos como para resolver el conflicto político con el estado español. "Nadie se puede inhibir", ha advertido el jefe del Govern, que ha defendido que las mayorías existen si hay voluntad política. La realidad de las votaciones, sin embargo, de momento indica otra cosa.