El líder de ERC, Oriol Junqueras, reprueba los "insultos" a aquellos que, desde la discrepancia con el independentismo, rechazan la represión y demandan una solución política al conflicto catalán, y pide una demostración de "dignidad serena" ante el juicio a los presos políticos.

En una carta que publica El Periódico de Catalunya, Junqueras ha salido al paso de la tensión creada en torno a los símbolos independentistas, de la cual culpa a Ciudadanos, y de las críticas que han recibido desde el soberanismo personas como el periodista Jordi Évole o el cantante Joan Manuel Serrat.

El dirigente republicano, en prisión preventiva por sedición, empieza su carta recordando que "la libertad y la igualdad son efímeras si no descansan sobre una mínima cordialidad fraternal".

"No hay República sin fraternidad, y la fraternidad solo puede nacer de nuestra capacidad de hacernos amigos de aquellas personas de las cuales discrepamos", afirma Junqueras.

Puntualiza que no se trata de suprimir la discrepancia, sino de recordar la unidad que nace de "la decencia y la bondad que habita al corazón de la mayoría de las personas".

"Por eso quiero decir, y decirlo bien alto —añade Junqueras— que soy amigo de Joan Herrera, de Justo Molinero o de Eugenia Parejo. De Jaume Asens. Y de Gemma Ubasart. Y de Jordi Évole. Y me gustaría que Joan Manuel Serrat o Elisenda Alamany llegaran a contarme entre sus amigos, algún día".

Después de reivindicar "con orgullo" su acción "política y gubernamental" y señalar su discrepancia política con algunas de estas personas, subraya que cuando estos critican "la represión contra el republicanismo, cuando piden una solución política al conflicto entre los Gobiernos catalán y español", no puede ver más que "amigos".

El presidente de ERC asegura que no sale de su sorpresa cuando le explican los insultos que "crónicamente" reciben a estas personas.

"Creo que estas actitudes son reprobables por simple ética, pero también porque nos alejan de la República", denuncia Junqueras, convencido de que el camino hacia la "República" tiene que transitar por caminos pacíficos y para hacer sentir "a la inmensa mayoría" de la sociedad catalana "un aliento fraternal que salte por encima de las discrepancias políticas".

Según su opinión, Ciutadans intenta "provocar tensión en torno a elementos emocionales, como por ejemplo los símbolos" porque "su única esperanza de victoria se encuentra a imposibilitar la cordialidad y los buenos sentimientos entre el republicanismo y las personas que discrepan de él".

Ante la perspectiva de su juicio, que califica "injusto" y denuncia que lo han condenado "de antemano", advierte que "los que quieren apuntalar el régimen del 78 al precio que sea intentarán convertir la ocasión en una explosión de odio irracional".

El presidente de ERC llama, desde la prisión de Lledoners, a impedir esta explosión, a "convertir los meses que vendrán en una demostración de dignidad serena" y a no renunciar "a la libertad ni a la amistad".