Más o menos contenido, Gabriel Rufián ha relatado los hechos del 20 de septiembre delante de la Conselleria d'Economia. Y lo ha explicado todo como un gran acto de protesta pacífica: "Había bastante confusión. No se me permitió entrar y atendimos algún medio de comunicación", ha indicado.

"Me chirría que dijeran que era una rebelión, porque yo fui a merendar y me parece que en una rebelión poca gente va a merendar". Así de simple ha querido negar Rufián la violencia.

"Aquel día no vi violencia. La única violencia que vi fue la de la policía el 1-O", ha dicho Rufián a preguntas del abogado de Oriol Junqueras, Andreu van den Eynde. "Es una salvajada pegar a la gente porque vota", ha añadido.

Y sobre los coches ha dicho que los únicos devastados que ha visto han sido "los taxis en la Castellana".

Rufián ha mostrado su disconformidad con Vox, al que ha descrito como racista: "Me parece una vergüenza que esté aquí". Pero se ha mostrado dispuesto a responder si eso puede ayudar a los acusados.

Sobre la hoja de ruta Rufián ha dicho que no tiene "ni pajolera idea".

La abogada del Estado ha citado una entrevista de Rufián en El Nacional.

El diputado de ERC ha abandonado la sala de vistas después de dar la mano a todos los acusados menos al exconseller Santi Vila.