"Hace 2.500 años..." Así ha empezado Jordi Sànchez su turno final de palabra. Quien fuera presidente de la ANC y que ahora es diputado en el Congreso por Junts per Catalunya ha lamentado que durante el juicio "hemos oído banalizar la violencia".

Sànchez ha defendido el activismo social del que siempre ha formado parte y en el que se encontraba "cómodo" y donde siempre ha imperado "el respeto y el diálogo y con la convicción de que no hay ideas ni principios que tengan que ser silenciados y que amenazan los derechos de manifestación y reunión".

El 1-O fue una jornada de disidencia política

"La no violencia no es pasividad, no es quedarse escondido; la no violencia es asumir las consecuencias como lo hizo Sócrates, aunque sean injustas y causen dolor. Y asumirlas sin querer crear dolor. El respeto al otro es fundamental en la no violencia y eso es lo que hicimos en Catalunya el 1-O y lo que he hecho yo en mi modesto activismo político que he hecho desde los años ochenta".

"A toda la gente que cree que el juicio ha sido largo, ¿cómo se sentirían 604 días encerrados en una prisión? La prisión causa dolor", ha dicho Sànchez recordando a su familia visiblemente emocionado y aguantando el llanto.

Me considero víctima de una injusticia del Estado

"La prisión me ha enseñado muchas cosas. Una de ellas, el uso y el abuso de la prisión preventiva. Un abuso que es utilizado por el ministerio fiscal para obtener beneficios con argumentos probatorios muy leves", ha dicho Jordi Sànchez dirigiéndose cara a cara al tribunal y a los fiscales.

"Es una evidencia que en este juicio se ha hablado de política y de derechos fundamentales y es injusto para este tribunal que tenga que resolver un problema de naturaleza política. Ustedes difícilmente pueden resolver un problema político. Pero tienen una responsabilidad que es no agravar la situación política. No me gustaría estar en su piel".

"De su sentencia se deducirá también la lectura de derechos fundamentales", ha dicho Sànchez retando directamente al tribunal que tiene que dictar la sentencia y fijar las condenas o la absolución.

Jordi Sànchez ha destacado que "lo más sorprendente del juicio ha sido la negación de la realidad" y ha repetido que "el 1-O no fue una jornada de violencia".

"El debate no sólo es el debate del derecho a la autodeterminación. Hoy el problema es también de derechos y libertades", ha dicho, añadiendo: "Creo en la política hecha desde las instituciones. Me importa como valor, como riesgo de categoría" y ha apelado al referéndum de Escocia como solución a Catalunya.

"Llum als ulls i força al braç", ha dicho Sànchez recordando los versos de Joan Maragall en El cant de la senyera para dar dos deseos: "Les deseo toda la luz para esta sentencia y les deseo a todos los que han hecho posible que estemos aquí de una manera digna y serena toda la fuerza para seguir manteniendo la misma dignidad que hemos tenido hasta ahora".