Catalunya vive pendiente de saber cuándo empezará el juicio del 1-O. El Tribunal Supremo sigue sin fijar la fecha de inicio. La única referencia, hasta ahora, es la comunicación del presidente de la sala que juzgará a los líderes del procés, Manuel Marchena, que informó hace unos días de que empezará "en fechas próximas al 5 de febrero". Es decir, fechas próximas al martes próximo.

La cuestión es que justamente la semana próxima está programado un pleno en el Parlament, para el miércoles y el jueves, 6 y 7 de febrero. Y todos los partidos independentistas (Junts per Catalunya, ERC, la CUP y Demòcrates) han anunciado que dan apoyo a la huelga que promueve la Intersindical-CSC. El sindicado ha oficializado un preaviso para los días 5,6 y 7, a la espera de conocer la fecha definitiva. Desde el entorno del presidente del Parlament confirman que es obvio que la huelga los afectará, porque la cámara catalana no es impermeable a la sociedad.

En la junta de portavoces de hoy, Roger Torrent ha comunicado a los grupos que, si la huelga acaba coincidiendo con el pleno, citará a todos los grupos para tomar una decisión. Fuentes independentistas de la mesa afirman: "Si el día que detuvieron a los alcaldes de Celrà y Verges y a catorce personas más en Girona nos saltamos las comisiones, evidentemente no puede haber actividad parlamentaria con normalidad cuando comience el juicio".

La CUP ya ha adelantado esta tarde que su posición será pedir directamente que se suspenda el pleno y se conviertan las instituciones en espacio de lucha. La oposición promete combatir una decisión de estas características.