Ángel Hurtado vuelve a apuntar directamente a la Moncloa en la filtración del correo de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. El juez ha procesado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y a la fiscal jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, por presunta revelación de secretos de Alberto González Amador y, en un auto de 51 páginas, alude a las maniobras del Gobierno. En el primer párrafo del capítulo de hechos, sostiene que “cabe presumir” que Álvaro García Ortiz actuó “a raíz de indicaciones recibidas de Presidencia del Gobierno” con la finalidad de “ganar el relato” a la información que había publicado inicialmente El Mundo. El juez cree que saber “de quién había surgido la iniciativa para llegar a un acuerdo en un pacto de conformidad penal” era una “cuestión de escasa relevancia” y relata que el fiscal general del Estado “entró en una dinámica de un frenético intercambio de comunicaciones entre distintos fiscales para preparar una respuesta y dejar bien claro que la Fiscalía no había ofrecido ningún pacto de tal tipo”.
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Posteriormente, reconoce que el “detonante que permite presumir el inicio de la eventual actuación delictiva” de Álvaro García Ortiz, “al margen las indicaciones que pudiera haber recibido de Presidencia de Gobierno”, fue la información publicada en El Mundo a las 21.29 horas del día 13 de marzo en el que se informaba que la Fiscalía había ofrecido un pacto a la pareja de Ayuso para que admitiera dos delitos fiscales, cuando realmente era al revés y la iniciativa había partido de Carlos Neira, el abogado de Alberto González Amador. Fue cinco minutos después de la publicación cuando Pilar Rodríguez y el fiscal general del Estado hablaron por teléfono durante cuatro minutos. A continuación, Pilar Rodríguez habló dos veces con el fiscal Julián Salto para solicitarle que le remitiera de forma inmediata los correos intercambiados entre él y el abogado de Alberto González Amador para hacérselos llegar a Álvaro García Ortiz. Finalmente, a las 21.59 horas, García Ortiz recibió a su correo personal la documentación que había pedido.
“Paralelamente, se envió copia” a la Moncloa
En otro momento del auto, el juez Ángel Hurtado recuerda el papel que jugó el entorno de Pedro Sánchez en esas fechas. “Paralelamente, desde la Fiscalía General del Estado, y antes de que hubiera tenido difusión por otros medios el correo de 2 de febrero, se envió copia de él a Pilar Sánchez Acera”, relata. Sánchez Acera era la mano derecha de Óscar López, que en ese momento era el jefe de gabinete del presidente del Gobierno. Ella “hizo uso de él, dando instrucciones” al líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, para que “lo exhibiese en su intervención” en la sesión de la Asamblea de la Comunidad de Madrid “en contra” de la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
El magistrado recuerda que, “antes de que cualquier otro medio hiciera pública la imagen de ese email”, la Presidencia del Gobierno “pudo disponer de él” a través de Pilar Sánchez Acera, con la “finalidad de utilizarlo políticamente” frente a Ayuso. “Permite presumirlo que, además de enviar el correo de 2 de febrero de 2024 a Juan Lobato, le dio instrucciones de cómo hacerlo”, añade. Además, arguye que las declaraciones como testigos de Pilar Sánchez Acera y de Francesc Vallès (que era el secretario de Estado de Comunicación) permiten “presumir con más razón que, de Presidencia del Gobierno, se recibieron instrucciones para hacer un uso político de la información de que pudieran disponer”.
El juez descartó hace dos meses la participación de Pilar Sánchez Acera
Hace poco más de dos meses, en un auto del 31 de marzo, el juez cerró la puerta a que la filtración se originara en la Moncloa. Después de que Pilar Sánchez Acera declarara como testigo en el Supremo, Ángel Hurtado descartó una “eventual participación de ella en la presumible filtración del secreto” y, consecuentemente, rechazó “extender la investigación sobre aspectos que solo aportarían información respecto de ese posterior recorrido”. “No reveló nada, por tanto y en consecuencia, falta el primero de los requisitos para poderle considerar partícipe de un delito de revelación de secretos”, añadía el auto, que defendía que ella no era un “funcionario público que conoce los secretos que se revelan por razón de su propio cargo”.
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Eso sí, su declaración le sirvió para mantener la lupa encima de la Fiscalía: “La actuación de Pilar Sánchez Acera es un elemento más que apunta a que la filtración del correo sale, presumiblemente, de Fiscalía. Y en eso tiene importancia su declaración a los efectos de esta causa”, destacaba el magistrado, que lamentaba que su testimonio tenía “importantes fisuras” y que su comportamiento no había sido un “ejemplo de colaboración de cara al esclarecimiento de los hechos”.
En su declaración como testigo, Pilar Sánchez Acera aseguró que el correo le llegó por la prensa a través de “periodistas que cubren la política autonómica madrileña”, que solo lo remitió a Juan Lobato, que no lo envió a nadie más y que no recibió ninguna orden de la Moncloa para que lo hiciera. También matizó que no recibió el documento en formato de correo, sino como una captura de pantalla en la que no figuraba ningún destinatario. Por su parte, Francesc Vallès aseguró que en ningún momento tuvo el correo del 2 de febrero y que no tuvo constancia de él hasta que se publicó en los medios de comunicación.
El juez había implicado a la Moncloa en las filtraciones con “clara finalidad política”
Previamente, el 13 de enero, el juez arguyó que el correo del 2 de febrero salió de la Fiscalía General del Estado con “destino” a la Moncloa. En un auto, el magistrado dedicó tres párrafos a analizar el rol de la Moncloa, a través del entorno de Pedro Sánchez, en la filtración. Y apuntó en dos direcciones: el correo llegó a El Plural “con salida de la Fiscalía General del Estado y destino a la Presidencia del Gobierno”, que también lo puso a disposición de Juan Lobato, que en aquel momento era líder del PSOE de Madrid, para que “hiciera uso de él con una clara finalidad política”. Mencionó El Plural porque fue el primer medio de comunicación que publicó íntegramente el correo electrónico del abogado de la pareja de Ayuso. Lo hizo el 14 de marzo a las 9.06 horas de la mañana.