Iñaki Urdangarin ha conseguido el tercer grado después de que el juez de vigilancia penitenciaria haya estimado el recurso presentado contra el acuerdo de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que lo mantenía en segundo grado.

De esta forma, el juzgado acoge la propuesta formulada por la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Brieva, en Ávila, donde se encuentra el encarcelado Urdangarin, que no podrá gozar del tercer grado hasta que el auto no sea firme.

El auto del magistrado de vigilancia penitenciaria recoge los factores positivos concurrentes recogidos en el acuerdo de la Junta de Tratamiento, el pago de la responsabilidad civil por parte de Urdangarin antes de su ingreso en prisión y, especialmente, la dureza del régimen de cumplimiento que se le ha impuesto en absoluto aislamiento por razones de seguridad y no como trato de favor para satisfacer su voluntad.

Prevaricación y malversación

En esta nueva resolución, se recoge expresamente que, de ser la mera voluntad del interno el motivo del aislamiento, se podría haber incurrido en un delito de prevaricación al crearse un régimen de vida penitenciario inexistente en la legislación española para dar un trato de favor a un recluso, al tiempo que en un delito de malversación de caudales públicos, dado que tal situación supone la custodia permanente en un módulo específico aislado con un elevado coste de aquélla.

Esta especial forma dura de vida, que implica un superior grado de aflicción con relación al que correspondería legalmente por las restantes características penitenciarias del interno, justificaría que el actual grado de cumplimiento de la condena, un tercio de aquélla, no pueda ser obstáculo para la progresión al tercer grado al entender del magistrado.