El economista Santiago Niño Becerra ha explicado por qué los jóvenes en España tienen las peores perspectivas económicas. A su entender, es un problema que viene de lejos, porque "España no puede absorber, ni en condiciones idóneas, toda la población activa, y la subemplea, la precariza, la desocupa o la expulsa, y en especial a los y las jóvenes porque han sido los últimos en llegar a la oferta de trabajo".

Niño Becerra se ha mostrado pesimista sobre la posibilidad de que se pueda solucionar esta situación. "¿Cómo se arregla eso? No se puede. La tasa de paro juvenil más baja se alcanzó cuando estaba el España va bien [de José María Aznar], coincidiendo con el boom inmobiliario y el boom del turismo... y con el pico del fracaso escolar. En España sobra población activa, y especialmente población activa joven; la alternativa es una población activa joven subempleada, precarizada, desocupada o expulsada", ha añadido. El problema sería pues la estructura desequilibrada de la economía española.

El economista ha analizado un estudio del Consejo de la Juventud de España (CJE) y Oxfam Intermón, que estudia la situación socioeconómica de los jóvenes en España el año 2022, y que afirma que sufren las peores perspectivas económicas de los últimos 60 años. La juventud es la gran perjudicada de la dualidad entre crisis y recuperación desde la última década con la Gran Recesión, la pandemia de la covid-19 y la actual crisis de precios. Uno de cada tres jóvenes de entre 16 y 29 años estaba el año 2021 en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Desde 2009, la tasa de pobreza ha crecido entre la juventud casi cuatro veces más rápido que entre la población en general.

Los jóvenes han sido los grandes perjudicados de las crisis económicas, ya que han sido uno de los colectivos más afectados en los malos momentos y de los que menos disfrutan de la recuperación. "Ser joven hoy significa afrontar una realidad de precariedad, inestabilidad e incertidumbre", ha asegurado la presidenta del CJE, Andrea González.

"Las personas jóvenes, a las que a veces se culpabiliza de su situación de precariedad o cuya vulnerabilidad se normaliza, han crecido con las peores perspectivas económicas de los últimos 60 años", ha afirmado González. El informe apunta que la renta per cápita de la generación Z es cada vez menor a medida que crecen, es decir, a los 20 años, viven un crecimiento económico un 40% inferior a lo que disfrutaron las personas nacidas a la década de los 60 a su misma edad. Mientras que los milenials, a los 30 años, ha vivido un crecimiento económico un 50% inferior al de la generación de los 60. Con respecto al IPC, el informe revela que ha crecido un 35% con respecto al 2006, mientras que el salario nominal de los jóvenes de entre 25 y 34 años lo ha hecho un 25%, y el de los menores de 25 un 15%.