Lluís Salvadó, exsecretario de Hacienda, y Josep Maria Jové, exsecretario general de Vicepresidencia y de Economía y Hacienda, han explicado un año después cómo fue su detención y declaración ante el juez el 20-S. En declaraciones en TV3, han denunciado un "trato humillante" y de "voluntad de deshumanizarlos".

Salvadó explica cómo se encontró inesperadamente tres guardias civiles y una secretaria judicial en la puerta de su casa. Le dijeron que llevaban una orden de registro y empezaron a registrar la casa sin que pudiera contar con la asistencia de su abogada.

"Eran plenamente conscientes de que éramos altos cargos del gobierno. Nos habían seguido, nos conocían", asegura y define la relación cómo "mucho cordial". Salvadó fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de la Travessera de Gracia y después a la Ciutat de la Justícia. Recuerda que salieron del cuartel de Travessera "acompañados de los cantos, de las cazuelas, de la gente que estaba fuera."

A Jové, "lo sacaron del coche" y le confiscaron la bolsa, la maleta de trabajo y el móvil. "Con cierta socarronería me dijo que suponía que ya sabía por qué me había detenido", explica y denuncia que "el mismo juez que había ordenado nuestras detenciones era el juez que tenía que dirimir si estas detenciones eran correctas".

El traslado a los juzgados

Después de dos días, fueron trasladados a declarar. "La mañana del día 22 nos encierran en una furgoneta. Esposados. Cierran la puerta, ponen la calefacción al máximo. Nos trata mal la Guardia Civil que nos lleva de Travessera hasta la Ciutat de la Justícia. Y el juez nos quiere hacer pasar una segunda humillación haciéndonos declarar esposados", relata Jové.

La filtración de conversaciones privadas de Salvadó fueron una fuerte vez para él. "No te quieres acabar de imaginar que pudieran sacar conversaciones con amigos, conversaciones con tu hija de 8 años... Que pudieran llegar a manipular de una forma tan salvaje".

Jové habla de aquella experiencia como "operación de querernos deshumanizar, de querer humillar a los detenidos". Por su parte, Salvadó asegura que "a los que sufrimos estas consecuencias de las cloacas del Estado, evidentemente, nos hace afianzar en nuestras convicciones que queremos un futuro -en mi caso, para mis hijas- muy diferente".