La religiosidad es una de las características más conocidas del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Esta fuerte fe le acompañaba a todas partes, como ya se pudo ver cuando hablaba de su ángel de la guarda Marcelo y con varias condecoraciones a Vírgenes. Pero, incluso, llegó a las reuniones del Consejo de Ministros de la Unión Europea.

En uno de estos encuentros durante el otoño del año pasado, el entonces ministro español se acercó a su homólogo francés, Bernard Cazeneuve, y le mostró una estampita que llevaba en el bolsillo. "¿Conoces a esta persona?", le preguntó. Ante la extrañeza del ministro, que de primeras confundió la estampa con una foto antigua, Fernández le explicó que se trataba de Santa Teresa de Lisieux, originaria de Normandía, igual que Cazeneuve.

Acto seguido, Fernández propuso al ministro viajar juntos a Roma al cabo de unos días para la canonización de los padres de esta santa, celebración que Cazeneuve desconocía por completo, a pesar de ser ministro de culto -encargado de las relaciones con las religiones en Francia. Para la ocasión y tomando ejemplo de Fernández Díaz, el ministro francés llevó también una estampa de la Santa a la canonización en el Vaticano, donde fue recibido en la embajada española.

Así lo explicaba el ministro francés este pasado martes, antes de recibir el premio Diálogo, que distingue la cooperación entre Francia y España. Según recoge El País, Cazeneuve escogió esta anécdota para poner de relieve las buenas relaciones entre los dos homólogos en un acto en la embajada española en Francia. Entre el público, lo escuchaban atónitos cargos como el jefe del espionaje interior francés, Patrick Calvar; el fiscal antiterrorista, François Molins, o el jefe de policía de París, Michel Cadot.

Santa Teresa de Lisieux / Wikipedia