Continúan los contactos bilaterales entre el gobierno español y la Generalitat. Ahora es el turno del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y el conseller de Interior, Jordi Jané, que se reunirán el jueves que viene a las once de la mañana en Madrid para abordar asuntos relacionados con la seguridad pública en Catalunya y la coordinación entre la Policía, la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra. Un paso previo a una posible convocatoria de la Junta de Seguridad de Catalunya

La reunión ha sido fijada esta mañana después de que los dos responsables hayan mantenido una conversación. De hecho, por su parte, Jané ha dicho en Tarragona que confía en reunirse la semana que viene con Fernández Díaz para celebrar ya una primera reunión de trabajo. Jané ha avanzado que después de los atentados de Bruselas ya había pedido reunirse con el ministro para que, ha dicho, el "terrorismo nos ocupa y nos preocupa todos".

Aparte de la "máxima mano tendida para el intercambio de datos y colaboración", el conseller aspira a "encontrar mecanismos para plasmar esta colaboración". Según su opinión, estos mecanismos ya los prevé el Estatut con la Junta de Seguridad de Catalunya, que es "el marco institucional".

El encuentro entre los titulares de Interior, llega, precisamente después de la reunión en Moncloa entre la vicepresidenta del Gobierno español en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicepresident catalán y conseller d'Economia, Oriol Junqueras. Sáenz de Santamaría confió en que las dos instituciones trabajen para solucionar las preocupaciones de los catalanes y se mostró convencida de que en un clima de cooperación y de reformas compartidas puede servir a los ciudadanos y contribuir al crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo.

"Hemos abierto una vía de diálogo que espero que sea estable", insistió Sáenz de Santamaría, quien, no obstante, recordó que los recursos de inconstitucionalidad presentados por el ejecutivo se basan en criterios competenciales y constitucionales, no políticos, de manera que cada institución, dijo, "tiene que moverse en los márgenes que los autorizan sus propias competencias". De hecho, Junqueras también aseguró que la reunión había estado “cordial en las formas”, pero “difícil en las posiciones políticas”. Principalmente, los dos vicepresidentes chocaron por el uso político del Tribunal Constitucional.